FUERTE A pesar de los años, ella cada día se siente más fuerte.
Bajo un pequeño árbol que le cubre de los fuertes rayos de sol doña Rosalina Velazquez, de 60 años, es una yuyera conocida por los que circulan por la zona de Brasil y Herrera, en el centro asunceno. Desde hace más de 20 años se encuentra trabajando como vendedora de poha ro’ysa en ese lugar, por lo que algunos le llaman la “doctora”, ya que su puesto está frente al edificio del Ministerio de Salud. Pero no es un simple apodo, ya que ella le recomienda a sus clientes qué remedio le viene bien cuando llega con alguna dolencia.
Mientras acomodaba sus yuyos, ña Rosalí, como le dicen, contó que desde que tenía unos cinco años ya empezó a vender yuyos por la calle, ya que eran 13 hermanos y de alguna manera debían de solventar sus gastos. “Cuando era nena con un canasto salía a la calle a vender porque mi mamá se quedó paralítica y salíamos así a trabajar con mi papá. Pero amo mi trabajo, es mi sustento diario” dijo la yuyera.
Antes que salga el sol, Rosalí contó que ya toma el primer colectivo de Limpio que le acerque hasta el Mercado 4, donde compra los yuyos y después viene a acomodarse en su puesto. “A eso de las 3 ya empiezo a atender” he’i la yuyera, quien anteriormente era acompañada por su ména, pero desde que él se enfermó ella se volvió la cabeza de la casa. Resaltó además, que es una fiel lectora del diario Crónica y que no hay quién le haga cambiar. “Con mi Crónica todos los días empiezo a trabajar y sí o sí leo”, terminó diciendo la doña.
20 AÑOS
Hace que doña Rosalí tiene su puesto de venta frente al Ministerio de Salud.