
La preocupación por abusos sexuales de niños, niñas y adolescentes en Paraguay se siente en el Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu, donde el 27% de los pacientes que acuden a consultas con profesionales de salud mental fueron víctimas de abuso.
De enero a julio de este año, el Departamento de Salud Mental del hospital asistió a 337 pacientes, de los cuales un 45% fue por casos de violencia intrafamiliar; 27%, abuso sexual; 16%, maltrato físico, y 12%, maltrato psicológico, informó a través de un comunicado el director del centro médico, Pío Alfieri.
Preocupa a profesionales de la institución que en gran parte de los casos los agresores son adultos, siendo esta franja etaria la que debe velar por el cuidado de los menores de edad.
El informe fue presentado por el Equipo Técnico Nacional Multidisciplinario de Lucha contra la Violencia hacia Niños, Niñas y Adolescentes designado por el Ministerio de Salud, con datos otorgados por las doctoras Lourdes Zelaya, jefa del Departamento de Salud Mental, y Gladys Larrieur, encargada de Consultorio de Ginecología Infanto Juvenil.
“Sabiendo que estamos desgastando las bases de nuestra sociedad y nos enfrentamos a un futuro difícil, tornando inviable la convivencia social, nos atrevemos a decir la magnitud del problema, por las consecuencias que acarrea el maltrato en el desarrollo neuropsíquico, que deja un impacto notable en el desarrollo cognitivo social”, expresa el comunicado.
Lamentan los médicos que el abuso sexual infantil es quizás una de las experiencias más dolorosas e incomprensibles, que provoca daño emocional grave no solo por el engaño y la utilización del cuerpo, sino también porque las víctimas se encuentran en una situación de dependencia, por lo que no saben a dónde ni a quién acudir.
Los profesionales hacen un llamado a la ciudadanía y a las autoridades competentes a no dejar impunes los casos y a manifestarse siempre a favor de los derechos de la infancia.
Piden a sus colegas médicos tener en cuenta que una de las principales obligaciones en la práctica diaria es el reconocimiento de este tipo de casos y la comunicación a la institución competente.
“Hacemos un llamado a la conciencia ciudadana, a los adultos responsables del Paraguay, a luchar por una sociedad que sea capaz de velar por el bienestar de los más desprotegidos y vulnerables”, instan.
Piden que los niños, niñas y adolescentes sean considerados como sujetos de derechos y no simplemente como objetos pasivos de proyección estatal.
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