La innovación tecnológica también alcanzará al Pediátrico, Instituto de Medicina Tropical (IMT) y al Hospital Barrio Obrero, dentro de un plan piloto que prevé incluir gradualmente a centros asistenciales del interior del país.
Este método requirió una inversión de 33.000 dólares de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en equipos informáticos, con la colaboración de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Centro de Estudios Ambientales y Sociales.
La receta electrónica se aplica por primera vez en hospitales públicos y permitirá fortalecer los controles del uso de medicamentos en los servicios, especialmente aquellos de altos costos.
Mediante la informatización se podrá contar con un registro detallado del tipo de fármaco y la cantidad utilizada por cada consultorio en cada servicio, y en base a estos datos efectuar una buena planificación y comprar el stock que precisan los pacientes para su tratamiento.
El mecanismo consiste en que al momento de la emisión de la receta, el médico ingresa el tipo de medicación recetada al paciente. El usuario podrá retirar de la farmacia del servicio al cual acudió presentando su cédula de identidad.
En caso de que no haya en stock, se imprimirá la receta con la firma del médico, de manera que el usuario pueda retirarlo de otro establecimiento dependiente del Ministerio de Salud.
Transparencia
El ministro de Salud Antonio Barrios resaltó que esta herramienta le da mayor transparencia al manejo de los recursos, medicamentos e insumos básicos. “Queremos que la ciudadanía sepa cuánto cuesta el servicio que recibe, los medicamentos. Verá la trasparencia y tendrá más ganas de pagar sus impuestos, pues así se reflejará el servicio que recibe”, acotó.
Dijo que la aplicación será paulatina en otros hospitales de cabecera, incluso a nivel departamental.
LN
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