Reparto. La paraguaya (izquierda arriba), con sus compañeros de reparto en Mistress América, que se estrena el viernes 14.
A Marina, que trabaja como “chef cocinera”, según cuenta, la oportunidad le llegó de manera inesperada.
“Yo trabajo en la casa de Michell Cannold y Dori Berinstein, ambos productores y directores de cine. En una ocasión, los productores del filme Mistress América rentaron la casa en la que trabajo para la filmación”, cuenta la paraguaya, en diálogo con ÚH, agregando que ella era la encargada de preparar el desayuno a los actores y productores –26 personas– que trabajaban desde las 7.00 hasta las 20.00.
“Una mañana, preparando el desayuno al productor Noah Baumbach, este me pide que participe (en la película). Me sorprendí bastante, pensé que era una broma, pero enseguida le llamó a su secretario y me trajo el contrato. En ese instante, me subí al segundo piso, a la oficina de mi jefa, para contarle y mostrarle el contrato. Ella me dijo que estaba orgullosa y que aceptara sin dudarlo”, relata Marina, aún emocionada por lo ocurrido aquella mañana de noviembre del 2013. “Suerte nañarõnaséi, sino ñaroko’ênte” (No se nace con suerte, sino que se amanece), añade entre risas.
El pedido. Conservar su propio nombre en la película fue el único pedido de Marina, quien en Mistress América da vida a un ama de llaves.
En el filme, la compatriota participa con frases cortas, en inglés, como “gracias”, “vos sos la mejor”, “no, claro que no” y otros, según cuenta.
Su trabajo en esta película marca su debut en el mundo del cine, un anhelo que acarició desde niña cuando practicaba baile. “Cuando recién llegué, fui a ver varios shows de Broadway y siempre soñé actuar en el teatro o en una película de Hollywood. Ahora se me cumplió el sueño”, dice feliz.
Si bien las cámaras y las luces no asustaron a Marina, las primeras escenas sí le dieron un poco de miedo. “Una se pone nerviosa, es Hollywood, es muy grande”, dice.
Además, Marina sabía que Noah Baumbach es un director muy exigente y que busca la perfección. “Hay una escena en donde estoy subiendo las escaleras, que la repetí como 38 veces”, rememora.
Estreno. Para este viernes está marcado el estreno de Mistress América en EEUU y la première será un día antes. “Esta semana acudiré a la première y también iré con mi familia y amigos el 14 de agosto para ver la película. Estoy muy ansiosa”, añade.
Aparte de la satisfacción personal, Marina fue bien remunerada por su trabajo. “Al finalizar el periodo de proyección, recibiré también regalías por haber participado”, dice.
Y por si todo fuera poco, también tiene posibilidades de seguir trabajando como actriz. “La semana pasada hablé con el director y me dijo: ‘Te vamos a necesitar, tenemos que hablar’, pero tiempo es lo que me falta ahora, pero me encantaría volver a estar con ellos. El director es espectacular como persona”, comenta.
Con sus compañeros de reparto, Marina también tiene una buena relación. “Una de las actrices, Greta Gerwig, me dijo: ‘Dios mío, Marina, te felicito porque Noah se fijó en vos, cuánta gente quiso estar por lo menos un minuto en esta película’”, recuerda Marina, y agrega: “Quiero decir a toda la gente, en especial a la juventud, que los sueños se cumplen, que hay que ser perseverantes, pacientes y, sobre todo, aprovechar las oportunidades que se presentan”.
UH
A Marina, que trabaja como “chef cocinera”, según cuenta, la oportunidad le llegó de manera inesperada.
“Yo trabajo en la casa de Michell Cannold y Dori Berinstein, ambos productores y directores de cine. En una ocasión, los productores del filme Mistress América rentaron la casa en la que trabajo para la filmación”, cuenta la paraguaya, en diálogo con ÚH, agregando que ella era la encargada de preparar el desayuno a los actores y productores –26 personas– que trabajaban desde las 7.00 hasta las 20.00.
“Una mañana, preparando el desayuno al productor Noah Baumbach, este me pide que participe (en la película). Me sorprendí bastante, pensé que era una broma, pero enseguida le llamó a su secretario y me trajo el contrato. En ese instante, me subí al segundo piso, a la oficina de mi jefa, para contarle y mostrarle el contrato. Ella me dijo que estaba orgullosa y que aceptara sin dudarlo”, relata Marina, aún emocionada por lo ocurrido aquella mañana de noviembre del 2013. “Suerte nañarõnaséi, sino ñaroko’ênte” (No se nace con suerte, sino que se amanece), añade entre risas.
El pedido. Conservar su propio nombre en la película fue el único pedido de Marina, quien en Mistress América da vida a un ama de llaves.
En el filme, la compatriota participa con frases cortas, en inglés, como “gracias”, “vos sos la mejor”, “no, claro que no” y otros, según cuenta.
Su trabajo en esta película marca su debut en el mundo del cine, un anhelo que acarició desde niña cuando practicaba baile. “Cuando recién llegué, fui a ver varios shows de Broadway y siempre soñé actuar en el teatro o en una película de Hollywood. Ahora se me cumplió el sueño”, dice feliz.
Si bien las cámaras y las luces no asustaron a Marina, las primeras escenas sí le dieron un poco de miedo. “Una se pone nerviosa, es Hollywood, es muy grande”, dice.
Además, Marina sabía que Noah Baumbach es un director muy exigente y que busca la perfección. “Hay una escena en donde estoy subiendo las escaleras, que la repetí como 38 veces”, rememora.
Estreno. Para este viernes está marcado el estreno de Mistress América en EEUU y la première será un día antes. “Esta semana acudiré a la première y también iré con mi familia y amigos el 14 de agosto para ver la película. Estoy muy ansiosa”, añade.
Aparte de la satisfacción personal, Marina fue bien remunerada por su trabajo. “Al finalizar el periodo de proyección, recibiré también regalías por haber participado”, dice.
Y por si todo fuera poco, también tiene posibilidades de seguir trabajando como actriz. “La semana pasada hablé con el director y me dijo: ‘Te vamos a necesitar, tenemos que hablar’, pero tiempo es lo que me falta ahora, pero me encantaría volver a estar con ellos. El director es espectacular como persona”, comenta.
Con sus compañeros de reparto, Marina también tiene una buena relación. “Una de las actrices, Greta Gerwig, me dijo: ‘Dios mío, Marina, te felicito porque Noah se fijó en vos, cuánta gente quiso estar por lo menos un minuto en esta película’”, recuerda Marina, y agrega: “Quiero decir a toda la gente, en especial a la juventud, que los sueños se cumplen, que hay que ser perseverantes, pacientes y, sobre todo, aprovechar las oportunidades que se presentan”.
UH
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