Imagen de los cuatro paraguayos asesinados. | Foto: Clarín.
Leticia Mabel Lezcano González de nacionalidad paraguaya, tenía 19 años y vivía en una de las zonas más peligrosas de la capital argentina, la manzana 26 de la villa 1-11-14 del Bajo Flores, epicentro de una guerra narco que desde hace por lo menos dos años recrudece sin descanso a base de crímenes y masacres. La joven fue acribillada de ocho balazos el domingo, poco antes de la medianoche, muy cerca de su domicilio.
A pocos metros quedaron tirados dos de sus hermanos: Agustín (24), quien recibió 10 disparos y Hugo (30), que acusó cuatro. Un amigo que estaba con ellos, Fabio Gómez Ruiz Díaz (21), terminó con 12 impactos. En total, recibieron 34 tiros calibre 9 y .40, según publica este martes el diario Clarín de Argentina.
La crónica señala que el grupo había llegado a la villa en un automóvil Mercedes Benz clase A (190), modelo 2000, y no pudo hacer nada más que bajarse del auto. Los sicarios marcaron su objetivo y nadie sobrevivió. Muchos de los balazos fueron dirigidos directamente a la cabeza de las víctimas. Serían cuatro los asesinos que estaban a bordo de dos motos. Hasta la noche del lunes, aún no se tenía pistas sobre ellos.
Hace un tiempo gran parte de la familia Lezcano González había emigrado a General Rodríguez, provincia de Buenos Aires. En el barrio se comenta que lo hicieron acorralados por las amenazas.
Según fuentes judiciales, Leticia, mamá de una beba de tan solo 7 meses, aún permanecía viviendo allí. El domingo, todos habían estado juntos en General Rodríguez en un cumpleaños familiar. Como Hugo –que había quedado paralítico el recibir un disparo– debía atenderse el lunes en el Hospital Rivadavia, en la capital, decidió pasar la noche en lo de Leticia. Ese plan terminó con la vida de todos.
No es casualidad que este cuádruple crimen se haya concretado a solo diez metros de un rudimentario local de pool, donde el 10 de octubre de 2013, asesinos a sueldo acribillaron a tres paraguayos y dos argentinos, supuestamente, por un cargamento de marihuana perdido.
La nueva masacre también fue a la vuelta de un violento episodio registrado en febrero último, que terminó con dos muertos y una ambulancia huyendo entre fuego cruzado.
Todo pasó en una zona de la villa 1-11-14 asediada por la violencia. No ya de los narcos peruanos, liderados por Marco Antonio Estrada González, que también forjó su poderío con crímenes de los más variados. "Marco" sigue controlando un sector importante del asentamiento, pero no es donde ocurrieron los últimos episodios.
A pocos metros quedaron tirados dos de sus hermanos: Agustín (24), quien recibió 10 disparos y Hugo (30), que acusó cuatro. Un amigo que estaba con ellos, Fabio Gómez Ruiz Díaz (21), terminó con 12 impactos. En total, recibieron 34 tiros calibre 9 y .40, según publica este martes el diario Clarín de Argentina.
La crónica señala que el grupo había llegado a la villa en un automóvil Mercedes Benz clase A (190), modelo 2000, y no pudo hacer nada más que bajarse del auto. Los sicarios marcaron su objetivo y nadie sobrevivió. Muchos de los balazos fueron dirigidos directamente a la cabeza de las víctimas. Serían cuatro los asesinos que estaban a bordo de dos motos. Hasta la noche del lunes, aún no se tenía pistas sobre ellos.
Hace un tiempo gran parte de la familia Lezcano González había emigrado a General Rodríguez, provincia de Buenos Aires. En el barrio se comenta que lo hicieron acorralados por las amenazas.
Según fuentes judiciales, Leticia, mamá de una beba de tan solo 7 meses, aún permanecía viviendo allí. El domingo, todos habían estado juntos en General Rodríguez en un cumpleaños familiar. Como Hugo –que había quedado paralítico el recibir un disparo– debía atenderse el lunes en el Hospital Rivadavia, en la capital, decidió pasar la noche en lo de Leticia. Ese plan terminó con la vida de todos.
No es casualidad que este cuádruple crimen se haya concretado a solo diez metros de un rudimentario local de pool, donde el 10 de octubre de 2013, asesinos a sueldo acribillaron a tres paraguayos y dos argentinos, supuestamente, por un cargamento de marihuana perdido.
La nueva masacre también fue a la vuelta de un violento episodio registrado en febrero último, que terminó con dos muertos y una ambulancia huyendo entre fuego cruzado.
Todo pasó en una zona de la villa 1-11-14 asediada por la violencia. No ya de los narcos peruanos, liderados por Marco Antonio Estrada González, que también forjó su poderío con crímenes de los más variados. "Marco" sigue controlando un sector importante del asentamiento, pero no es donde ocurrieron los últimos episodios.
UH
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