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miércoles, 15 de abril de 2015

Uno de los paraguayos acribillados en Argentina vivía amenazado

Agustín Lezcano González (24), quien el domingo a la noche murió acribillado en la villa 1-11-14 junto a dos a sus hermanos -Leticia (19) y Hugo (30)- y un amigo, había recibido amenazas de un grupo narco del barrio.

El paraguayo Agustín Lezcano González (24), en una foto con el edificio Kavanagh detrás. Le dieron 10 balazo. Clarín.


El diario argentino Clarín publicó en la fecha que la madre de las víctimas contó a la justicia que el acoso tenía directa relación con una causa por tráfico de drogas iniciada por el juez federal Sergio Torres, en la que otro integrante de la familia Lezcano González, Gustavo (21), está preso desde abril de 2014.

Las circunstancias de las amenazas aún no están del todo claras y son investigadas en la fiscalía de Pompeya, a cargo del caso. De acuerdo a la versión familiar, Gustavo cayó detenido en abril del año pasado “de garrón” porque la noche de los allanamientos ordenados por el juez Torres se había quedado a dormir en lo de un amigo, lugar donde se produjo uno de los allanamientos.

Ese episodio habría generado fricciones de uno y otro lado. Los Lezcano González reclamaban que uno de los líderes de la organización desbaratada por Torres se ocupara de aclarar la situación de Gustavo. Por otro lado, los narcos habrían insistido en que Gustavo no abriera la boca aportando datos que pudieran comprometerlos.

“Esa es la versión de la familia. Lo que a nosotros nos parece es que como motivo es insuficiente para producir semejante masacre, pero habrá que profundizar la pista”, confiaron a Clarín fuentes de la investigación.

En la causa por el cuádruple crimen está previsto que declare Gustavo, pero aún no lo hizo porque se encuentra en estado de shock: alojado en el penal de Marcos Paz, una asistente social le informó el lunes que tres de sus hermanos habían sido asesinados. Desde entonces permanece sedado en el hospital de la unidad.

Si bien los hermanos Lezcano Gonzalez vivían desde hace tiempo en General Rodríguez, Leticia seguía manteniendo su domicilio en la manzana 26 de la villa 1-11-14, una de las zonas más calientes del asentamiento en la que se libran guerras entre narcos paraguayos y argentinos.

El domingo pasado, la joven fue a reunirse con su familia en General Rodríguez porque era su cumpleaños. Casi sobre la medianoche volvió al barrio. Con ella iba su hermano mayor Hugo -paralítico debido a un balazo-, quien al día siguiente iba a ser operado en el Hospital Rivadavia. Para estar más cerca dormiría en lo de su hermana. El grupo lo completaban Agustín y un amigo, Fabio Gómez Ruiz Díaz (21), que según declaró su padre era carpintero.

Todos ellos llegaron al sector paraguayo de la villa casi sobre la medianoche del domingo a bordo de un Mercedes Benz Clase A. Apenas se bajaron del auto comenzaron los disparos. Según testigos, los sicarios iban en moto y los atacaron directamente disparándoles a la cabeza. En el lugar quedaron tirados 24 casquillos de munición calibre 9 milímetros y .40.

Un primer examen determinó que las víctimas tenían 34 impactos de bala. Sólo la autopsia determinará si esa fue efectivamente la cantidad total de disparos o si alguna bala produjo más de un orificio en los cuerpos.

Además de que el ataque fue en la misma zona de otras masacres recientes, el antecedente más directo para explicar el crimen es el expediente judicial 11090/12 que en su momento investigó el juez Sergio Torres y ya fue elevado a juicio oral con Gustavo Lezcano González como uno de los cinco procesados.

Una de las versiones que ayer circulaban en relación al cuádruple crimen indicaba que la venganza pudo haber sido motivada por alguna declaración de Gustavo en el expediente de Torres, causa que involucraba a tres bandas narco que se turnaban para ocupar los puestos de venta en las manzanas 26, 9A y 9B de la villa.

Sin embargo, fuentes judiciales aseguraron a Clarín que Gustavo sólo declaró en la causa que estaba de pura casualidad en el lugar donde lo detuvieron. No incriminó a nadie ni en el juzgado de Torres ni en el Tribunal Oral Federal a cargo del juicio.

“Quiero aclarar que no conozco a nadie de las personas que me nombraron. No tengo nada que ver con eso”, dijo Gustavo, quien fue acusado de ser “vigía” de la organización.

H

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