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miércoles, 13 de mayo de 2015

Libro revela conspiración contra Paraguay

La presidenta Dilma Rousseff y un emisario del expresidente Mujica se reunieron secretamente para decidir la expulsión de Paraguay del Mercosur. Fue tras el juicio político a Fernando Lugo, según un libro escrito por periodistas uruguayos.

La obra, titulada “Una oveja negra en el poder”, fue escrita por dos periodistas uruguayos, Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz, y revela la intervención directa que tuvo la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, para "castigar" al Paraguay en 2012, según publica un sitio periodístico de Brasil.

Ocurrió cuando Lugo fue sometido a un juicio político por mal desempeño de sus funciones, a nueve meses de las elecciones presidenciales. El puesto fue ocupado por el vicepresidente Federico Franco, como parte del juego democrático, utilizando instrumentos para quitar a “presidentes incompetentes, criminales o corruptos”.

El proceso fue obedeciendo la Constitución Nacional, a pesar de que los votos en el Congreso y el Senado se hicieron muy rápido. Sólo un diputado y cuatro senadores pidieron la absolución de Lugo. En total, 112 legisladores votaron por la "condena". El lapso que tuvo el presidente para presentar su defensa fue corta, pero no violó las normas del juicio.

Al respecto, tanto Argentina como Brasil argumentaron que dicho proceso significó una “ruptura democrática” en el país y en la región. Por esta razón, los gobiernos de ambos países tomaron la decisión de expulsar a Paraguay del Mercosur. José Mujica, ahora expresidente de Uruguay, no estaba de acuerdo con tal medida.

En las páginas del material, Danza y Tulbovitz revelan cómo el gobierno de Brasil pudo convencer a Mujica de cambiar de postura y apoyar tal resolución, así como lo fundamental que fue la participación de Rousseff para esto. El presente extracto, que figura en el libro “Una Oveja Negra en el poder”, fue publicado en el semanario Busqueda del que Danza –uno de los autores de la obra– es jefe de redacción:

Cuando Lugo fue destituido por el Senado paraguayo, y antes de que se celebre la cumbre del Mercosur para resolver las sanciones, una de las personas de mayor confianza de Mujica recibió una llamada de Marco Aurelio García, mano derecha de Dilma.

"Dilma quiere transmitir un mensaje muy importante para el presidente Mujica", dijo el funcionario brasileño en una mezcla de portugués y español.

"No hay problema, vamos a establecer una comunicación entre los dos presidentes", fue la respuesta de los uruguayos.

"No, no puede haber comunicación o por teléfono o por correo electrónico. Es personal", dijo el brasileño.

Un encuentro tan fugaz y repentino entre los presidentes levantaría sospechas, para lo cual el gobierno brasileño decidió enviar un avión a Montevideo para trasladar a Mujica hasta la residencia de Rousseff en Brasilia.

Así se hizo, y cuando llegó el uruguayo, Dilma lo estaba esperando en su oficina. Una conversación formal sobre cuestiones generales que sólo duró unos minutos, ya que no había mucho tiempo.

"Vamos a lo que interesa", interrumpió Dilma y el emisario tomó un cuaderno y empezó a escribir lo que la presidenta brasileña informaba. "Sin anotaciones", dijo ella y le hizo romper el papel. "Esta reunión nunca ocurrió."

Durante la conversación, Dilma le mostró fotos, grabaciones e informes de los servicios de inteligencia brasileños, venezolanos y cubanos, que se registran como fue el golpe "golpe de Estado" contra Lugo por un grupo de "mafiosos que" desde la caída de presidente, tomó el poder. "Brasil necesita que el Paraguay quede fuera del Mercosur, de esa forma apresurar las elecciones en el país", dijo Dilma.

La semana siguiente, a principios de julio de 2012, todos los presidentes del Mercosur votaron, en una cumbre en la ciudad argentina de Mendoza, la suspensión de Paraguay.

Abc

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