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sábado, 20 de julio de 2013

De verdulero a jugador estratégico

La madre de Alejandro Silva, volante del Olimpia, orgullosa, contó cómo se hizo futbolista su hijo.

De verdulero a  jugador estratégico

“Desde chico le gustó el fútbol, a los 5 años ya fue al baby fútbol”. A los 6 años ya lo ficharon y, hasta los 12, fue campeón cinco veces (invicto), con Huracán Villegas”.

MOMENTOS DUROS. “A los 12 años pasó a Danubio, porque ya había un convenio entre Huracán Villegas y Danubio, para que los chicos a esa edad pasen para fichar y jugar por las Menores. Practicó un año allí y no quedó porque era chico, no estaba bien desarrollado y de allí fue a Central Español, también le fue mal, luego a Boston y después a la Mutual”, contó doña Nidia.

Dejó el fútbol. “Nosotros aspirábamos a que él estudie y juegue al fútbol. Hasta el liceo sobrellevó las dos cosas, hasta que un día le dijo a su papá que se dedicaría solo al fútbol. Pero como en el fútbol no le fue bien al principio, tuvo que empezar a trabajar. Como teníamos una despensa cerca de casa, él se sumó a nosotros. Entonces tenía 14 años, hasta que fue a trabajar en la herrería de un amigo, a él le gustó porque se trataba de un oficio, hacían verjas, portones. Los mismos dueños de la herrería posteriormente abrieron una pizzería en el mismo lugar. Le contrataron para que Ale haga de delivery y repartía las pizzas en una moto”, relató.

“Luego trabajó en fábrica de cueros, juntó algo de plata, renunció y formó su propio negocio, una verdulería, en el mismo lugar donde teníamos la despensa. En todo ese tiempo, si bien no jugaba en un club profesional, siempre jugó fútbol cinco, el fútbol siempre fue su pasión”, agregó.

ACERTADA DECISIÓN. Doña Nidia, como toda madre, comenzó a preocuparse porque su hijo Ale era muy maltratado físicamente en los partidos de fútbol cinco, tanto que un día junto a su esposo decidieron encararlo y sugerirle que vuelva a jugar de manera profesional. “Un día nos juntamos y le dijimos que estaba corriendo el riesgo de lastimarse, y por qué no se dedicaba de nuevo al fútbol y él nos dijo: “Dónde voy, cómo hago”. Entonces mi esposo y mi cuñado iniciaron los contactos y apareció Fénix. Fichó en el 2009 y fue campeón en la tercera. El club estaba muy mal en la Primera, estaba para descender, cambiaron al técnico, entonces fueron promovidos tres juveniles y entre ellos estaba mi hijo. Tuvieron un año espectacular, el club no descendió y se fijaron en Ale para la selección que se preparaba para las Olimpiadas, fue a Londres entre los reservados, pero desgraciadamente no se quedó”, comentó.

FuenteUH

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