En un sondeo entre los empleados de la institución, quienes prefirieron el anonimato, expresaron que no tienen mayores inconvenientes para trabajar las ocho horas pero que preocupa los gastos extras que tendrán.
En ese sentido mencionaron que si la presidencia resuelve aceptar las ocho horas, deberán almorzar en la institución, porque el horario se extendería hasta las 15.30 horas y ya no tendrán la posibilidad de llegar a sus casas para almorzar.
“Tenemos que buscar la manera de ingeniarnos, traer nuestra comida, comprar microondas”, indicaron.
SUPERPOBLACIÓN. La Cámara Baja de por sí ya tiene una superpoblación de funcionarios, que están hacinados en las oficinas parlamentarias.
Con la disposición de que deberán trabajar ocho horas, esta situación empeorará debido a que se coincidirán en el horario aquellos que ingresen a la mañana y salgan a las 15.30, con aquellos que ingresan a las 13.00.
En Recursos Humanos deberán buscar alternativas para encontrar soluciones a este inconveniente.
Abc
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