La mujer decidió no callar más y denunciar a su pareja. Foto: Imagen Ilustrativa
“La denuncia no es solo en nombre mío, sino que de todas las mujeres paraguayas. Que se entere el mundo, que en nuestro país la mujer no tiene voz ni voto”, dijo la mujer que fue identificada.
Comentó a la 970 AM que el 17 de octubre del 2015 le pidió el divorcio a su esposo porque no aguantaba seguir en relación, pero que el 1 de febrero decidió abandonar la vivienda ante la negativa de su pareja. “Él me dijo que se va a negar a firmar el divorcio, que primero iba a morir yo”, añadió.
Días después, según relató, volvió a la residencia con su sobrina para buscar ropas y él la agredió en ese momento. Dijo que afortunadamente logró escaparse del lugar, dejando su vehículo allí.
La mujer relató que ayer domingo, a las 11:00 horas, fue nuevamente al lugar. “Quería recuperar el vehículo que está a nombre de mi hija. También yo podía entrar a la vivienda porque es mi casa”, añadió.
La víctima manifestó que nuevamente fue agredida por su pareja y que se dirigió al ex Centro de Emergencias Médicas donde reveló su situación a los medios de prensa. Además realizó su denuncia ante el fiscal de turno Osvaldo Caballero, según comentó.
La mujer indicó que lleva casada desde hace 28 años y las agresiones físicas y psicológicas siempre fueron constantes, al igual que con sus cinco hijos. “Él siempre fue agresivo con todos, con los animales, con los vecinos…a garrar la zapatilla y pegarme en la cara es algo normal”, lamentó.
“La primera vez que intentó matarme fue en el 2010, cuando Paraguay pierde contra España. Él tomó alcohol y estaba muy enojado. Primero remata por mi hija, le agarra del cuello, le levanta y le tira contra la pared, yo salto para intervenir y me pongo en medio de ellos. Él le suelta y me agarra a mí y me tira a cinco metros de la pared”, recordó.
Comentó que en ese momento fue hasta Emergencias Médicas y luego a la comisaría. “Yo decido que en vez de denunciar, ayudarle a superar su problema. Yo le ayudé muchísimo, porque le dieron medicamentos. Yo me quedé porque accedió a buscar ayuda. Ojo que él es buena persona, solo que no controla su ira y frustración”, añadió.
Dijo que aguantó otros cinco años a su lado, pero que la relación no mejoró, por lo que decidió divorciarse. Añadió que no hubo agresiones físicas, pero sí verbales en ese tiempo.
La denunciante lamentó que sus propios hijos reclaman que retire las denuncias para que su padre no vaya preso y mantener el status social.
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