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lunes, 6 de junio de 2016

Reclusas son obligadas a prostituirse para sobrevivir en las cárceles mixtas

Las mujeres encarceladas en San Pedro, Misiones y Oviedo se ven empujadas a vender su cuerpo a funcionarios y reos para comer, asearse y hasta para tener un lugar donde dormir en las noches.



Tras las rejas. En Oviedo, un portón metálico divide el pabellón de las mujeres y los varones.

Laura está recluida en la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo desde hace unas semanas. Lleva días sin bañarse, ya que perdió todos sus elementos de aseo luego de que la trasladaran desde otra cárcel. Pide que al menos le den un jabón y toalla, pero le informan que detrás de los muros que la separan de la libertad, todo se paga.

Lorena, por su parte, confinada en San Juan Misiones, vive momentos de angustia tras el fallecimiento de su hermano. La joven no tiene el dinero que le piden los funcionarios para trasladarla hasta Asunción, ciudad donde se realizará el entierro. Al igual que a Laura, le comunican que si no tiene el dinero, hay otra salida: la prostitución.

Las dos reclusas primero se niegan y piden ayuda a sus compañeras de celda, pero no encuentran respuesta. Ya ganadas por la desesperación, se ven obligadas a vender su cuerpo a otros reos e incluso a los mismos funcionarios del penal, para conseguir los servicios que por convenios internacionales y leyes nacionales deben estar garantizados.

Estos son solo dos breves relatos que retratan el esquema lucrativo de prostitución que impera en las cárceles mixtas de San Pedro, San Juan Misiones y Coronel Oviedo, según informes del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP) a los que accedió ÚH (ver info).

Dividendos. Los documentos del MNP detallan que esta estructura, que se da en los centros mixtos (donde conviven hombres y mujeres), tiene diferentes procedimientos ya establecidos.

El principal método descubierto es la prostitución a cambio de un "mejor vivir" dentro de la penitenciaría. La reclusa que accede a mantener relaciones sexuales periódicas con otros reos bien posicionados o con funcionarios del penal, son las que reciben buen dinero o directamente los mejores platos de comida, insumos de limpieza y hasta celdas con tevé y heladera.

La otra modalidad es la de buscar un "protector" o "amigo especial". En este caso, la mujer se ve obligada a mantener relaciones solo con esa persona, a cambio de tener las comodidades necesarias y de no recibir castigos o sanciones de aislamiento. Los acercamientos no son difíciles, ya que en estas cárceles mixtas, solo vallados de tejido metálico o estrechos pasillos separan los pabellones masculinos y femeninos.

Los encuentros normalmente se dan en los cuartos de visitas íntimas y hay casos en que los baños son utilizados para este fin. El informe del Mecanismo cuenta que en una ocasión una funcionaria llegó a recibir G. 500.000 por facilitar una noche íntima entre una reclusa y otro funcionario.

"En San Pedro, por ejemplo, tenemos una mujer embarazada de 4 meses que está hace 9 meses en la cárcel. Lo curioso es que no recibió una sola visita en esos 9 meses. Entonces, ¿cómo se embarazó?", se preguntó Stella Cacace, comisionada del MNP.

Recomendaciones. Soledad Villagra, también comisionada del MNP y encargada de estas investigaciones, señaló que se hicieron varias recomendaciones al Ministerio de Justicia para solucionar esta problemática. Resaltó que la prioridad es lograr la separación administrativa y física entre las mujeres y los hombres recluidos.

Actualmente, solo El Buen Pastor en Asunción y Juana de Lara en Ciudad del Este son exclusivamente para mujeres. En el resto, deben compartir celdas con los hombres.

Cacace agrega que también se recomendó evitar los tras- lados, dejar de dictar prisión preventiva por causas menores y aplicar el Código de Ejecución Penal, lo que haría disminuir el hacinamiento y, por ende, ir mermando el esquema de corrupción.

"Hay que evitar el hacinamiento, respetar los tratados internacionales y dejar de dictar prisión preventiva porque sos pobre. Poner un Juzgado de Ejecución en las penitenciarías ayudaría muchísimo", expresó Cacace.

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