"En el Cementerio del Este se estableció algo así como un mercado libre para la venta de drogas. Todo el mundo sabe que allí, en horas de la madrugada, hay mucho más movimientos que de día", refiere el Concejal capitalino Elvio Segovia, del Partido Democrático Progresista, a la emisora 1020 AM.
Desde crack y marihuana, para adictos de bajos ingresos, hasta cocaína (de las buenas y no tantas), para los más adinerados. Los microtraficantes utilizan el camposanto como feria de ofertas.
"Esta es una realidad que todos manejan, incluso la policía tiene pleno conocimiento, pero no hace nada, lo que hace suponer que puede haber complicidad en el tema", agrega Segovia.
Según los organismos dedicados a la represión del tráfico de estupefacientes (Senad y Policía), Asunción se ha expandido en cuanto a el consumo de drogas.
Y así registran que el crack, que se vende en moñitos de cinco mil guaranies, ha desplazado a la cola de zapatero, como preferido de los usarios adictos de poco nivel de ingresos.
La cocaína, por su parte, va para estratos medios y altos que, también como en el nivel inferior de la clientela, han crecido sensiblemente con respecto a cinco años atrás.
Los cementerios constituyen sitios perfectos para que microtraficantes establezcan sus zonas de ventas. En medio del laberinto de panteones, y con un sistema de "campanas" para avisar la presencia de eventuales incursiones de policías, los mismos se convirtieron en aguantaderos de los maleantes.
FuenteHOY
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