Plásticos, cartones, papeles, hules, botellas y todo tipo de desperdicios “adornan” la explanada en donde los peregrinos plácidamente descansan luego de su cansadora y agotadora caminata realizada bajo el intenso y agobiante calor.
En el sitio no existe un solo basurero, aunque sí hay tambores para arrojar los desperdicios en las calles adyacentes, pero no son suficientes o están llenos.
No obstante, la basura es arrojada en el mismo lugar donde se produce sin el menor cuidado, esparciéndose por toda la vía pública.
Mucha gente camina y tropieza con las botellas y bolsas de plástico que van chutando a su paso.
En la plaza Defensores del Chaco, donde se encuentra la feria artesanal frente a la Iglesia del Pozo de la Virgen, también hay basureros llenos de desperdicios no recogidos que rebozan en los recipientes.
Al panorama poco prolijo y antihigiénico se suma el tufo nauseabundo que despide el arroyo Ortega donde se bañan niños de parcialidades indígenas, así como el hedor que proviene de las bocas de desagüe pluvial y cloacal.
Deja mucho que desear la labor municipal de las autoridades caacupeñas en este sentido, pues no se ve un solo barrendero en el lugar. Tampoco aparecieron aún los voluntarios que suelen cooperar en esta tarea.
FuenteAbc
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