La desesperación de las familias de las víctimas se torna insostenible mientras el grupo policial-militar conformado para brindar mayor seguridad al Norte demuestra casi nulos resultados, pese a los millonarios desembolsos.
Las autoridades de seguridad prácticamente se llamaron a silencio con respecto a la situación del suboficial Edelio Morínigo, secuestrado el 5 de julio de 2014, y el colono menonita Abrahán Fehr, tomado por los asesinos el 8 de agosto último.
Recientemente, la madre del uniformado, Obdulia Florenciano de Morínigo, lejos de dirigirse al Gobierno -del cual no obtiene sino esporádicas visitas de consuelo- prefirió lanzar un pedido a los secuestradores, a quienes pidió alguna prueba de vida, ya que la comunicación es nula desde octubre del año pasado, cuando el EPP difundió un video en que se observa al policía junto a Arlan Fick, liberado posteriormente en diciembre. “Esta situación ya es insostenible, nada sabemos de Edelio, por eso pedimos que nos hagan saber algo de él”, clamó la mujer.
El dolor de la familia de Arroyito llega a tal punto que ya impactó en la salud de los miembros de la familia. En la última ocasión, el 29 de setiembre último, Obdulia de Morínigo debió ser asistida en el Puesto de Salud debido a que tenía difultades para respirar y sentía dolores de espalda. El doctor Andrés Jacquet señaló que efectivamente se trata de un cuadro de ansiedad.
En numerosas oportunidades, la madre del policía secuestrado denunció que se sienten ignorados por el Gobierno y consideró que esta actitud frente al dolor obedece a que se trata de una familia pobre. “Pienso que tal vez es porque somos pobres, por eso nos ignora”, llegó a señalar.
La situación de Edelio se torna más preocupante, debido a que -a diferencia de los otros secuestros perpetrados por el EPP- los criminales no pidieron dinero a cambio de su libertad, sino un “canje” por miembros de la banda actualmente presos. Tal posibilidad fue descartada por el Ejecutivo.
Con respecto a Abrahán, el próximo jueves se cumplen dos meses de espera por parte de la familia asentada en la colonia Manitoba. Los menonitas permanecen en silencio desde agosto pasado, cuando pidieron más tiempo a los captores ante la imposibilidad de cumplir con losUS$ 500.000, exigidos por los criminales, quienes inclusive dieron un plazo que ya feneció.
Lejos de brindar resultados, la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) se ve más inmersa en sucesivos fracasos. Esta vez, el EPP mantiene dos secuestros simultáneos, mientras, a la vez, perpetra más ataques en las narices de los uniformados.
La situación llega a tal punto que los secuestradores y asesinos se burlan de los policías y militares, mientras amenazan a los trabajadores que aún se animan a permanecer en la zona. En lugar de sentirse acorralados por el despliegue de agentes especializados, el EPP -junto a su desprendimiento ACA- se ve cada vez más fortalecido.
Abc
No hay comentarios:
Publicar un comentario