En el Japón, una bailarina paraguaya hace de "embajadora cultural" en sus horas libres, después de su horario laboral en una fábrica de autopartes. Muestra nuestras danzas folklóricas y enseña a degustar nuestras comidas típicas. "Oishikatta, oishikatta", festejan los nipones.
En el país del Sol Naciente, al otro lado del mundo, donde la gente duerme profundamente cuando nosotros encaramos el día, una sacrificada paraguayita encuentra tiempo para hacer de embajadora cultural de nuestro país.
Tania Belén Peralta en el Japón. Una belleza paraguaya para realzar la hermosura del paisaje japonés.
Esta “morena galopera”, en cada presentación que realiza con su vestido de typói jegua, equilibrando botellas sobre su cabeza y “cimbreando la cintura”, consigue arrancar emocionados aplausos de los formales y serios japoneses.
Si bien Tania Belén Peralta Miranda realiza su actividad artística en sus horas libres -trabaja a tiempo completo con su esposo en una fábrica de autopartes de la Toyota-, aún así dice que se siente muy feliz por la forma en que los nipones aplauden las muestras de la cultura paraguaya.
Los japoneses reciben con mucho interés las muestras culturales de nuestro país.
Tania Belén fue hace tres años al Japón. Tuvo que ir para acompañar a su esposo -Ayato San (ojo: “san” es como decir “señor” o “don” en japonés)- dejando atrás a su familia, renunciando a su trabajo en una cooperativa, abandonando su carrera de periodismo -en el segundo año- y diciendo adiós a todos sus amigos y conocidos.
“Pero estoy súper bien. Hace unas semanas estuve en Tokio -capital del Japón- representando a Paraguay en la Expo Feria de Turismo de todos los países. Fue una experiencia muy linda. A los japoneses les gusta mucho nuestra cultura, nuestra danza, nuestra música. Hasta ya les hice probar el tereré, el mate, la chipa y la sopa paraguaya. 'Oishikatta, oishikatta', dicen. Es como decir: qué ricooo”, comentó Tania Belén.
Proyectos
El esfuerzo que realiza la compatriota lentamente va abriéndole el camino para otras oportunidades. El próximo 10 de noviembre participará como invitada en el “International Exchange Festival”. “Estaré bailando con mis botellas. Además, un poco más adelante, estoy pensando en abrir para mi academia de danzas. Hay propuestas y proyectos en camino”, señaló.
Asimismo, también en noviembre próximo, Tania Belén participará en el concurso Miss Latina Japón a realizarse en la ciudad de Nagoya.
Ya al despedirse, la bailarina dijo que estaba muy agradecida con su familia porque gracias “a ellos soy lo que soy”.
“Nunca lo olvido. Se llenan de lágrimas mis ojos cuando recuerdo a mi hermano, que cuando eso tenía 13 años, era ayudante en un taller de refrigeración, y de su pequeño sueldo me compró mi primera chatita y rodetera”, añadió Tania Belén, ya muy emocionada.
“Mi hermana mayor estaba en el colegio, ahorraba siempre de sus recreos. Ella me compró mi primera malla y media y mi mamá y papá me pagaron la matrícula y cuota. Entraba en una academia privada en ese entonces. Todos se colaboraron para hacerme estudiar la danza”, recordó la compatriota.
Finalmente, el agüijevete purete se lo llevó Ayato San. “También agradezco a mi esposo Ayato que siempre apoya mi trabajo de baile y me acompaña en todo. Gracias a su apoyo sigo haciendo lo que más me gusta que es bailar y mostrar nuestra cultura aquí en el Japón”, concluyó Tania Belén.
FuenteCronica
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