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martes, 30 de junio de 2015

De Tacuary a la categoría alevines del Barcelona con solo 12 años

Tiene 12 años y 26 goles en 25 partidos de Liga jugando para el Club Cinco Copas Barcelona como delantero por derecha con la camiseta número 10. Se llama Pablo Alejandro Gómez Bogado y su corazón es albirrojo.

       En los torneos, su madre se encarga de capturar cada instante. Foto: Gentileza

Ama el fútbol por sobre todas las cosas, inició su carrera deportiva a los 7 años en el Club Tacuary de Paraguay y a los 11 viajó a España con su madre para radicarse en Barcelona.

Luego de pasar por una serie de pruebas de rigor y exámenes médicos, fue convocado por el Club Cinco Copas Barcelona, afiliado a la Federación Catalana de Barcelona y al Fútbol Club Barcelona.Juega en la categoría Alevín, Primera División.

Pablo Alejandro divide su tiempo entre las prácticas de fútbol, torneos y, por supuesto, los estudios escolares. Cursa el sexto grado en la Escuela Corazón de María Sabastida.

El compatriota, que a su corta edad ya se abre camino, se codea con muchas de las estrellas mundiales de fútbol que acompañan de cerca las prácticas de los más pequeños.

"Ya pude conocer a Adriano, Piqué, Messi, Neimar y Mascherano", comenta durante una entrevista concedida a la prensa.

Respecto a la Selección Nacional indicó que se sentiría orgulloso de poder pertenecer al plantel albirrojo, algún día.

"En un futuro quiero regresar a mi país, pero por ahora estoy estudiando y preparándome para un futuro mejor, además de practicar en el Club Cinco Copas", explicó.

Padres comprometidos


Como muchos paraguayos, Ana viajó -en el 2013- a la madre patria con el menor de sus hijos, en busca de un futuro mejor para quienes ama.

Ella, como toda madre, sigue de cerca el camino que transita su hijo en uno de los clubes más importantes del mundo.

Por su parte, Saturnino, padre de Pablo, y su hermano se comunican todos los días con el niño gracias a la tecnología.

"Estoy orgulloso de él. Ahora quiere venir de vacaciones para irnos juntos al arroyo en Cordillera, a la casa de sus abuelos", expresó Saturnino.


La última copa que ganó con su equipo, le mandó a su papá
Pablo Alejandro, un paraguayo con futuro prometedor en el fútbol internacional ya cuenta con la doble nacionalidad y en el ámbito sentimental, comenta su padre, tiene una novia que es española.

De esta manera, el joven futbolista paraguayo se abre camino en el deporte más apasionante del mundo, llevando siempre presente los colores de la camiseta albirroja, la que algún día sueña defender con garra y pasión.

UH

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