Una más de esta mortal plaga social que castiga por igual al rollete. A altas horas de la noche del jueves, un mitãrusu de 18 años fue asesinado de un balazo por el hecho de que, para el gusto del criminal, la víctima no “corría lo suficientemente rápido.”
Terminado el encuentro en el Defensores del Chaco, Alan, su primo y un amigo regresaban a sus casas. Pasaron por un baldío, donde dos tipos a bordo de una motocicleta -presuntos ñembo barras bravas de Cerro Porteño o simples motochorros – les cerraron el paso y a punta de pistola uno de ellos exigió a Alan a que entregue su remera de Guaraní.
Alan obedeció “la orden”. Fue ahí que los delincuentes gritaron: “bájore”, o sea que corran. De acuerdo a fuentes consultadas, el primo y el amigo de Alan corrieron, pero este último se echó a andar lo más rápido que le daban sus piernas. Y esto “no habría gustado” al criminal que realizó un disparo que terminó impactando en la espalda de Alan. Los malevos rajaron y Alan terminó muerto.
Piden que no termine en el oparei
Vivi Iriarte, mamá del joven asesinado, pidió en medio de un llanto de dolor que se haga justicia para Alan Orlando y que este caso no termine en el oparei como pasó con muchos de similares sucesos y que a los responsables del hecho les caiga todo el peso de la ley.
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