Derlis González no estuvo muy fino en el partido. Paraguay rescató un punto que vale mucho (AFP) |
Primero, la Albirroja nunca jugó con la cabeza agachada. Siempre apostó a mantener la frente erguida, y con los recursos que tuvo supo hacerle frente al rival.
Conste que eran ellos los que abrían la cuenta por medio de Enner Valencia, tras un disparo de Cristian Noboa que dio en el larguero.
El equipo de Ramón Díaz, lejos de perder los estribos y desesperarse mantuvo la cordura. Sereno y laborioso fue buscando los espacios, y con un acertadísimo Lezcano empezaba a pasar boleta.
Ecuador intentó acorralar a los albirrojos. En cierta medida lo envolvió pero no tanto como para asomar en el horizonte un pronóstico nefasto.
Hasta que se vino el segundo golpe. Y ahí Ecuador comenzó a bombardear, pero encontrando a Paraguay firme en la cobertura, quizás con algunas grietas pero siempre sacando a relucir la solidaridad entre sus marcadores.
La victoria estaba a cuatro minutos. Y ese pequeño tramo no supo transitar la selección guaraní, porque Angel Mena sorprendió a la zaga en una posición tan fina, que si el asistente quería podía sancionar off side.
Paraguay mostró fortaleza, gallardía y una forma de jugar que alienta ideas progresistas. Jamás recurrió a arrugarse cuando consiguió el empate y la ventaja, nunca apeló a recular.
Y cuando soportó el acoso tampoco se aferró a los ponchazos como medida prioritaria. Fue siempre ordenado y criterioso, pero lastimosamente ello no alcanzó.
Aunque si se escudriña detalladamente, el punto es como oro para Paraguay y deja sensaciones ásperas para Ecuador, que conserva la punta y el invicto, pero con el sabor a derrota por perder dos puntos que lo habrían apuntalado más lejos.
HOY
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