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domingo, 27 de agosto de 2017

Se le atascó desodorante en el recto: ‘juego’ sexual en FF.AA. sacude las redes

Un imagen difundida en redes sociales muestra un supuesto certificado médico en el que consta como diagnóstico una "rotura anal", debido a la presencia de un desodorante en el recto. Ante este tema surgen dudas como: ¿es frecuente esta práctica?, ¿son varios los casos que se presentan?, o ¿qué riesgos existen?

El debate sobre este tema surgió luego de difundirse la imagen de un certificado médico. Imagen: Gentileza.
El debate sobre este tema surgió luego de difundirse la imagen 
de un certificado médico. Imagen: Gentileza

Un extraño y llamativo caso tomó estado público a través de las redes sociales, con la fotografía de un aparente certificado médico en el que consta: “Se indicó reposo por rotura anal por sexo violento, debe retirarse un desodorante”.

Este tipo de casos no suelen presentarse con tanta frecuencia, según comentó el Dr. Juan Javaloyes, urólogo y sexólogo clínico. El mismo indicó que “es una práctica no muy frecuente”, aunque en los años en los que lleva ejerciendo la profesión le ha tocado atender a varios pacientes que presentaron situaciones similares.

“El intestino es un órgano succionador, entonces al introducir algo que no tenga base e írsele de la mano, el intestino succiona el elemento y va al fondo. Si es una cosa pequeña puede salir con la materia fecal, caso contrario tiene que ser extraído”, explicó el profesional.

Sostuvo que esta práctica es llevada a cabo tanto por hombres como mujeres, a pesar de que sigue siendo considerado como un “tabú” la mayor parte del tiempo. A su vez, mencionó que mucha gente tiene cierto miedo o vergüenza de acudir al médico para evitar “ser la burla de los demás”.

Sobre el mismo punto coincide el antropólogo William J. Robertson, de la Universidad de Arizona (EE.UU), en un material publicado por el diario EL PAÍS de España, en el que afirma: “Hay una cultura de la vergüenza alrededor del placer anal”.

A su criterio, “los propios trabajadores sanitarios contribuyen a esta estigmatización, al enmarcar los cuerpos extraños en el recto como un problema de perversiones sexuales, mentiras del paciente y anormalidad”.

Dicha publicación profundiza la relación que existe entre “el tabú del placer anal” y la concepción que se tiene socialmente sobre ese tipo de prácticas, considerándolas como algo “fuera de lo normal”. Su análisis, que había sido publicado en la revista especializada Culture, Health & Sexuality, detectó que el 69% de los estudios médicos vincula los cuerpos extraños en el recto con prácticas sexuales “pervertidas o aberrantes”.

El Dr. Javaloyes mencionó que “a veces las personas recurren a esto por placer, algunos no se contentan con lo que tienen y quieren más”.

“Toda la zona perianal es una que tiene mayor sensibilidad, por lo que cuando se producen orgasmos son el doble o el triple más intensos que los comunes, esto tanto en el hombre como en la mujer”, expresó.

En ese tipo de circunstancias -aclaró- no es necesario recurrir a un procedimiento quirúrgico, sino directamente se procede a extirpar el objeto o cuerpo extraño del recto, previa administración de anestesia para dilatarlo y que así pueda salir con mayor facilidad.

El Dr. Javaloyes recordó que uno de los casos más llamativos que le tocó atender es el de un paciente que llegó al consultorio con un salame de aproximadamente 70 cm. dentro del ano.

Algunos de los riesgos que podría acarrear el introducirse un objeto en el recto son: perforación en el colon (sobre todo si se introduce un objeto filoso) además de infecciones o sangrado, inclusive problemas para defecar debido a que el colón está “taponado”.

El urólogo recomendó utilizar objetos cuya base no pueda penetrar tan fácilmente el recto de la persona, ya que cuando el esfínter anal se dilata, el objeto se introduce por succión. En ese sentido, recordó que los consoladores que se venden hoy día ya vienen con una base ancha para evitar que eso suceda.

HOY

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