Ya se vieron obligados a tomar medidas de ese tipo con otro paso clave: las autoridades cerraron el puente internacional San Roque González, que une Posadas con Encarnación.
Juana Almirón, que se erige en líder de las “paseras” o “bolsoneras” como se las llama, advirtió que pronto cerrarán la frontera por tiempo indeterminado hasta que el Ejecutivo paraguayo solucione el problema. El presidente Federico Franco, de gira por Europa y Taiwán,ordenó “contrabando cero” al punto que todo propietario de vehículos o persona con mercaderías eran obligados a entregarlas en los puestos de tránsito ilegal.
La situación más tensa se produjo entre el jueves y el viernes en el puerto paraguayo de Itá Enramada, a la entrada de Asunción, donde paseros, lancheros y estibadores cerraron a la fuerza el portón principal de esa terminal fluvial evitando que camioneros o personas con vehículos particulares puedan salir de la zona primaria portuaria.
Los trabajadores comprometieron a las autoridades aduaneras a permitir que sigan operando hasta que el gobierno resuelva un régimen definitivo, cuando regrese el presidente Franco de su gira, dentro de 10 días. Los paseros y “bolsoneras” exigen aumentar a 500 dólares el tope permitido de compra por persona, que ahora sólo llega a 150.
La drástica medida de detener el ingreso de mercaderías fue resultado de una fuerte presión de los sectores empresariales, particularmente de los supermercadistas cuyos ingresos se redujeron notoriamente por el ingreso de mercadería argentina.
Eduardo Felippo, presidente de la Unión Industrial Paraguaya, reclamó al gobierno el cierre de la frontera por espacio de 15 días. “El contrabando arruina el mercado legal” de Paraguay, remarcó. Aseguró que hubo una disminución del 60% de las ventas, lo que afecta la producción y las importaciones. “Estamos viviendo una debacle total”, afirmó. “Nos golpea tanto el contrabando hormiga como el contrabando especializado”, manifestó.
El azúcar, el tomate y las cebollas son los productos más cotizados. Sin embargo, los empresarios agremiados no mencionan el gas envasado. La garrafa de 10 kilos cuesta en Argentina 16 pesos (8 mil guaraníes) y en Paraguay 80 mil, 10 veces más. Por la fuga al Paraguay, las autoridades argentinas determinaron la venta de una sola garrafa a los que exhiben su DNI.
Después de los incidentes del jueves y el viernes donde los aduaneros paraguayos terminaron por ceder después de decomisar todo tipo de productos, el sábado, el movimiento se redujo al mínimo, por el temor de los usuarios a sufrir más despojos.
El “boom” de los precios bajos en la parte argentina movió a los constructores a comprar hasta pisos cerámicos, carne, leche y sus derivados, huevos y todo tipo de bebidas alcohólicas, desde cervezas hasta vinos de todas las marcas.
Sara Servián, presidenta de la Asociación de Amas de Casa, de 76 años, dijo que ella también irá a la frontera a protestar contra los despojos a los contrabandistas “hormiga”. Denunció que los supermercadistas “son unos bandidos”. “Bajó el peso, bajó el dólar pero ellos están vendiendo al mismo precio. “¿Qué se creen, que vamos a aceptar tranquilamente sus abusos porque somos humildes?”, desafió.
Comentó que el Día de la Madre, el pasado 15 de mayo, los supermercados hicieron descuentos de hasta el 50%. “Quiere decir que están ganando mucho más de lo que pensábamos”, dijo enojada.
Fuente: clarin.com
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