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domingo, 23 de febrero de 2014

Olimpia pecó de principiante y pagó el precio justo

Asuncion.- Para lo mejor que fue el Legendario, el 2-1 logrado fue muy exiguo. En medio de lo corto que Guaraní es de equipo,a base de más orden sacó mejor rédito ante un rival que fue un mar de imprecisiones, que se enredó con sus propias equivocaciones, muchas de ellas características de un principiante y acabó redondeando una de sus peores exhibiciones.


​Guaraní aprovechó la orfandad de juego que expuso Olimpia y consiguió la rehabilitación en el campeonato, en virtud de un nivel de juego mucho más homogéneo.

Conste que fue el Decano el que de entrada parecía tomar el rol protagónico, pero pronto esos pequeños atisbos de superioridad se esfumaron en la bruma de la imprecisión.

El ataque de Olimpia fue muy pobre. Diego Centurión no representó riesgo alguno para Aguilar, Derlis fue bien controlado, el medio sector estuvo divorciado y en la defensa, la exposición al bochorno fue enorme.

Todas estas cosas las usó en su favor el Legendario, que fue más equipo y capitalizó esa mejor exhibición con un latigazo de Jorge Benítez, una de las mejores figuras del onceno de Jubero.

Desde la consecución del tanto de apertura, Guaraní tomó la posesión del juego, se explayó mejor y si algo hay que reprocharlo es la deficiencia a la hora de rematar, porque generaron mucho y dejaron la sensación de que lo conseguido quedó corto.

Olimpia no sabía hacia dónde ni cómo orientarse en la cancha. Nada mejoró con el ingreso de Lazaga, que hasta la fecha sigue en deuda y no compensa con hechos su deseo de volver a ser de Para Uno.

Poco o nada aportó el ex Blooming, más bien entró para molestar en la defensa aurinegra y pescar alguna pelota aérea, pero siempre fueron abortadas sus intenciones.

Con un Darío Ocampo encendido y un mejor funcionamiento colectivo, el aborigen buscó aumentar y lo consiguió mediante Fernando Fernández, quien aprovechó una confusión defensiva que pedía off side, pero fue Manzur quien habilitó al "Queso".

Un minuto más tarde, Diego Centurión batió a su ex compañero Alfredo Aguilar con un fuerte derechazo tras el tiro libre de Esteban Ramírez que pegó en el larguero.

Iba a ser injusto si el encuentro terminaba en empate. La derrota le calzó bien al Decano, que falló en el planteamiento y se expuso a un peor margen.

Mientras tanto, el ganador festeja el haberse desempolvado luego de estar oxidándose en la sequedad que implicaban las sucesivas derrotas, y lo hizo ante un rival que hoy se vio absolutamente desconocido.




Fuente: HOY

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