- La actividad económica en el nuevo circuito comercial de Encarnación, en cercanías al puente internacional, atraviesa por una aguda crisis debido a la escasa visita de los turistas compradores de la vecina ciudad de Posadas (Argentina).
ENCARNACIÓN. El nuevo sector comercial de Encarnación no registra mucho movimiento. Paradójicamente, en otras áreas como hotelería y servicios están abarrotadas por la masiva presencia de turistas veraneantes.
“El auge turístico que vive la ciudad es muy bueno pero prácticamente no nos llega a quienes dependemos casi exclusivamente de los turistas compradores. Si bien algo se vende, porque no falta quien busque alguna ropa de playa o accesorios, el grueso de la actividad se queda en los sectores de hotelería, transporte y gastronomía”, comentó un comerciante del sitio con mayor infraestructura del nuevo circuito, donde están instaladas antiguas firmas comerciales que anteriormente estaban ubicadas en la desaparecida “zona baja” de Encarnación.
De acuerdo a lo señalado por Víctor Bogarín, presidente de la Comisión de Carnaval de Encarnación, la actividad económica que se genera en torno a estas fiestas ronda los US$ 25 millones en un lapso de poco más de un mes, pero esta bonanza no llega hasta el nuevo circuito, donde reina el silencio y la tranquilidad.
Algunos comerciantes hablaron de la necesidad de generar campañas de oferta para atraer compradores no tanto de la Argentina, sino turistas nacionales que en esta temporada literalmente inundan las playas, supermercados y locales de venta de comidas.
Cotización del peso
Una de las causas de la poca actividad económica es la baja cotización del peso frente al guaraní, lo que hace desistir a los habituales compradores que vienen en busca de ventajas en los precios. Las ventas se redujeron dramáticamente, al punto que casi no llegan los compradores argentinos, señaló un vendedor que trabaja en uno de los centros comerciales ubicados a pocos metros del Centro de Frontera.
Hasta hace poco la relación cambiaria se encontraba en proporción de 0,50 a 1. Esto es, G. 500 equivalía a un peso, pero hace un par de semanas se produjo una nueva caída del peso, y ahora un peso argentino vale G. 375 a la compra, y G. 400 a la venta. Con esta relación cambiaria nadie viene, se quejó el trabajador.
No obstante, hay esperanza de que con el inicio de clases en el vecino país, la gente venga a comprar útiles escolares y mochilas, que en el mercado local son un poco más baratos que en la otra orilla.
Fuente: ABC
“El auge turístico que vive la ciudad es muy bueno pero prácticamente no nos llega a quienes dependemos casi exclusivamente de los turistas compradores. Si bien algo se vende, porque no falta quien busque alguna ropa de playa o accesorios, el grueso de la actividad se queda en los sectores de hotelería, transporte y gastronomía”, comentó un comerciante del sitio con mayor infraestructura del nuevo circuito, donde están instaladas antiguas firmas comerciales que anteriormente estaban ubicadas en la desaparecida “zona baja” de Encarnación.
De acuerdo a lo señalado por Víctor Bogarín, presidente de la Comisión de Carnaval de Encarnación, la actividad económica que se genera en torno a estas fiestas ronda los US$ 25 millones en un lapso de poco más de un mes, pero esta bonanza no llega hasta el nuevo circuito, donde reina el silencio y la tranquilidad.
Algunos comerciantes hablaron de la necesidad de generar campañas de oferta para atraer compradores no tanto de la Argentina, sino turistas nacionales que en esta temporada literalmente inundan las playas, supermercados y locales de venta de comidas.
Cotización del peso
Una de las causas de la poca actividad económica es la baja cotización del peso frente al guaraní, lo que hace desistir a los habituales compradores que vienen en busca de ventajas en los precios. Las ventas se redujeron dramáticamente, al punto que casi no llegan los compradores argentinos, señaló un vendedor que trabaja en uno de los centros comerciales ubicados a pocos metros del Centro de Frontera.
Hasta hace poco la relación cambiaria se encontraba en proporción de 0,50 a 1. Esto es, G. 500 equivalía a un peso, pero hace un par de semanas se produjo una nueva caída del peso, y ahora un peso argentino vale G. 375 a la compra, y G. 400 a la venta. Con esta relación cambiaria nadie viene, se quejó el trabajador.
No obstante, hay esperanza de que con el inicio de clases en el vecino país, la gente venga a comprar útiles escolares y mochilas, que en el mercado local son un poco más baratos que en la otra orilla.
Fuente: ABC
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