El autobús había partido de Asunción y tenía como destino la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, asolada por violencia de grupos asociados con el narcotráfico y donde rige una prohibición para la venta de armas y municiones. Personal aduanero decomisó municiones para armas de 9 milímetros y cargadores para pistolas, además de municiones para fusiles de asalto, según la prensa.
El cargamento iba oculto en varios bultos en el sistema de aire acondicionado. Los dos conductores del autobús quedaron bajo arresto y a disposición de la justicia federal. El decomiso se produce diez días después de que las autoridades de la capital santafecina dispusieran un cese de ventas de armamento y municiones por tres meses como una medida excepcional para frenar los hechos de violencia en esa ciudad.
La capital de Santa Fe (470 km al norte de Buenos Aires) registró 117 asesinatos en lo que va del año, lo que supera el récord de 116 ocurridos en todo 2007 y los 106 de 2013. La inseguridad es una de las mayores preocupaciones de los argentinos y el fenómeno tiene especial impacto en Santa Fe, sobre todo en Rosario, tercera ciudad argentina y centro de producción de la soja, donde el narcotráfico se ha asentado con fuerza.
Con más de un millón de habitantes, Rosario vive una guerra narco en la que, según medios locales, confluyen corrupción policial, marginalidad social, disputas políticas y delincuencia asociada con las barras bravas (hinchas violentos) del fútbol.
Abc
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