Porqueriza. Los chanchos y las familias damnificadas conviven en un ambiente insalubre en el refugio de la SEN, en Tacumbú.
Ante esta situación, las autoridades sanitarias instan a reforzar la tarea de eliminación de criaderos como recipientes que puedan acumular agua durante varios días.
El doctor Silvio Ortega, director de Senepa, explicó que la invasión de vectores es algo normal tras toda precipitación, pero advirtió que si ello persiste y con presencia de criaderos activos, la situación puede empeorar.
Explicó que las especies más predominantes son culex (mosquitos comunes) y la psorophora, más conocida como ñati’u kavaju, que no producen enfermedades.
Indicó que también se registra en menor proporción la circulación del Aedes aegypti, pero que no debe descuidarse la eliminación para evitar el aumento de casos y recordó que el mismo insecto transmite el dengue y la chikungunya.
“La cantidad de mosquitos que estamos teniendo es normal para el momento y la circunstancia de muchas lluvias, esto no debe asustar. Lo bueno es que la mayoría de los vectores circulantes no son transmisores de enfermedades”, asegura el profesional.
La licenciada Gloria Aquino, de la Dirección de Promoción de la Salud del MSP, explicó que pese al desplazamiento de la población se realizan los trabajos preventivos contra el dengue entre las familias, sobre todo entre las damnificadas.
Puntualizó que llevan adelante el control de casos sospechosos y la notificación de cuadros febriles para las derivaciones correspondientes.
INSALUBRE. El panorama de alta contaminación sigue afectando a la gente ubicada en refugios y campamentos.
En Tacumbú, las familias conviven con chanchos, gallinas, caballos y cabras, muchos de los cuales están enfermos y entre los que se desata la mortandad. Todo en medio del barro y efluentes cloacales que despiden nauseabundos olores.
En el Área Refugio, las personas soportan idéntico panorama. Las calles internas están llenas de lodo y basura no recolectada.
UH
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