La entrega de provistas a negocios particulares utilizando vehículos castrenses no sería cuestión exclusiva de una unidad. Al menos dos destacamentos estarían involucrados en el supuesto desvío de víveres.
Imágenes captadas por lectores que solicitaron el anonimato y por un equipo de investigación de la prensa demuestran que son varios los vehículos que llegaron hasta una panadería ubicada en la zona del Barrio Jara en diferentes fechas.
Una de las fotografías muestra una camioneta de la marca Land Rover con una franja roja sobre el capó.
Imágenes captadas por lectores que solicitaron el anonimato y por un equipo de investigación de la prensa demuestran que son varios los vehículos que llegaron hasta una panadería ubicada en la zona del Barrio Jara en diferentes fechas.
Una de las fotografías muestra una camioneta de la marca Land Rover con una franja roja sobre el capó.
Otra de las imágenes captó un vehículo del Regimiento de Caballería Número 4 “Acá Carayá” – Regimiento Escuela. Informaciones a las que tuvimos acceso señalan que la citada unidad no cuenta con un rodado de las características del primero.
Federico Greco, propietario de la panadería “visitada” por los uniformados, había relatado a la prensa que los militares llegaban hasta el lugar con la intención de ofrecerle harina, producto que es retirado solo por algunas unidades encargadas de su almacenamiento y de la preparación de los panificados, que son finalmente retirados por los diferentes destacamentos en días previamente establecidos.
En la guía de remisión, el documento presentado por las unidades para la entrega de las provistas, el RC4 no contaría con harina entre los productos a ser retirados. De confirmarse esto, además una supuesta utilización irregular de vehículos del Estado, se estaría además frente a un posible caso de desvíos de víveres que deberían ser destinados a los uniformados.
Esta práctica ya había sido documentada por un equipo de periodistas en 1999. El 10 de enero de aquel año este diario daba inicio a la publicación de varios artículos bajo el título “Corrupción en las FF.AA.”. La serie de unas ocho entregas demostró cómo se comercializaban incluso víveres que debían ser destinados excombatientes.
BUSCAN MÁS DATOS
El coronel Abundio Garay, comandante del RC4; el mayor Osvaldo Otaz, juez sumariante, y el teniente coronel Marcelino Maldonado, de inteligencia de la citada unidad,llegaron a la prensa a fin de interiorizase más sobre las denuncias publicadas por este diario.
Los uniformados explicaron que se había abierto un sumario al personal de la unidad a fin de encontrar a los supuestos responsables del hecho. Se excusaron de brindar mayores detalles pues se encuentran aún investigando la cuestión. “Somos los más interesados en aclarar esta cuestión”, afirmó el coronel Garay.
El pasado viernes, un equipo de investigación de un reconocido diario montó guardia en las inmediaciones del club Sportivo Ameliano. De acuerdo a una serie de denuncias, una panadería ubicada en la zona recibiría diariamente la visita de vehículos militares desde los cuales se descargaban víveres en el interior del local. De acuerdo a los denunciantes, los uniformados fueron vistos descargando provistas que deberían ser destinadas a damnificados por las inundaciones.
Abc
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