El nuncio apostólico Eliseo Ariotti (c), en conferencia de prensa.
Monseñor Ricardo Valenzuela Ríos, obispo de Villarrica, queda al frente de la Diócesis de Ciudad del Este en reemplazo de Rogelio Livieres Plano, anunció el nuncio apostólico Eliseo Ariotti. El religioso resaltó que Livieres Plano no quiso renunciar.
“El papa Francisco ha dispuesto la sustitución del obispo de Ciudad del Este, S.E. Mons. Rogelio Livieres Plano, y ha nombrado a S.E. Mons. Ricardo Jorge Valenzuela Ríos, obispo de Villarrica del Espíritu Santo, como administrador apostólico de la ‘sede vacante’”, manifiesta parte del comunicado oficial dado a conocer hoy por el Vaticano.
Informaron además que la decisión será transmitida hoy a Livieres Plano, quien sigue en Roma, tras reunirse con diferentes representantes de la Curia Romana. Esta serie de reuniones constituyeron la última parte del proceso que se inició en julio de este año con la visita apostólica de los enviados del papa Francisco a Ciudad del Este.
Ariotti viajará a Ciudad del Este con Valenzuela, a fin de “asegurar la serenidad eclesial y espiritual por aquella Iglesia particular en este delicado momento y garantizar las adecuadas medidas de continuidad administrativa y pastoral de la diócesis”, indica el comunicado de la Nunciatura Apostólica.
En otro momento, Ariotti aclaró que Livieres Plano seguirá teniendo el título de obispo, solamente que sin que esto implique la administración de una diócesis. Dijo también que los interventores enviados desde el Vaticano han notado que no hay unidad en la Iglesia paraguaya, por lo que instan a iniciar un “serio proceso de reconciliación y superacion de cualquier acción facciosa y de discordia”.
MOTIVOS DEL CAMBIO
Tras la intervención liderada por el cardenal español Santos Abril y Castelló y el obispo uruguayo Milton Tróccoli realizada en julio de este año en Ciudad del Este, el papa Francisco tomó la decisión de apartar a Livieres Plano del cargo. Fueron varias las causas que motivaron la instrucción de la “visita apostólica” Paraguay.
Resaltan el manejo desprolijo en el Seminario Interdiocesano, donde los sacerdotes son consagrados con cuatro años de estudio (cuando en el Seminario Mayor se exige un mínimo de seis años); la protección y férrea defensa del sacerdote argentino Carlos Urrutigoity, denunciado por diversos casos de abusos contra menores de edad y el uso discrecional de recursos transferidos por la Itaipú Binacional para obras sociales, fueron algunos de los motivos que llevaron al Vaticano a disponer la visita apostólica.
Livieres Plano también tuvo enfrentamientos con laicos organizados, que incluso llegaron a estrados judiciales. Acusó, igualmente, a los obispos del Paraguay de ser afines a la teología de la liberación. Y, finalmente, tuvo un entredicho con el arzobispo de Asunción, monseñor Pastor Cuquejo, a quien tildó de “homosexual” y le negó las disculpas.
Abc
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