Sus manos moldean una fresca mandioca, poco antes del mediodía. El ingrediente se convertirá, después, en un rico pastel mandi'o... uno de los platos que ella piensa prepararle especialmente al Santo Padre.
Asunción Giménez, de 78 años, sabe que es una privilegiada. Ella fue seleccionada -junto a otra vecina- para saludar al Papa nada menos que en su misma casa, durante su visita al barrio San Juan del Bañado Norte. Su alegría se evidencia en cada gesto espontáneo y la emoción se desborda cuando ahonda en su vida.
Doña Giménez tiene cuatro hijos (dos varones y dos mujeres) y al menos 12 nietos (es que, en realidad, ya perdió la cuenta). Actualmente vive con sus hijos Rubén Ayala y José Lezcano, quienes la acompañan en una cuenta regresiva muy importante para sus vidas. "Le voy a pedir la bendición y paz", dice la señora. "Estoy demasiado feliz, llorando todo el día. Vienen los vecinos a preguntarme y les digo: 'Sí, ¡Dios me mandó al Papa! ¡Él es mi Señor!".
Para doña Giménez, la noticia de la visita a su hogar fue una sorpresa jamás pensada durante su existencia. "Nunca me imaginé, y llegó el momento. Soy muy católica, siempre fui a la capilla", explica, casi como si justificara.
Para ella, sin embargo, la vida no es nada fácil. Después de someterse a una operación de piedra en la vesícula y un tumor, sufre constantes dolores en su columna. "Estoy enferma", dice, quebrada. "Vivía en silla de ruedas, y ahora camino con un bastón", menciona.
Toda su familia se congregará en su casa el domingo 12 de julio, fecha que, seguramente, viva la jornada más emocionante de su vida, cuando el papa Francisco toque su puerta. Para recibirlo, doña Asunción planea cocinarle especialmente sopa paraguaya, chipa guasu, pastel mandi'o y un infaltable mate.
ESPERA SU BENDICIÓN
A pocos metros de la casita de la señora Asunción, vive Carmen Sánchez (46). La incansable ama de casa, en realidad no es católica: es cristiana pero admira profundamente a Bergoglio. Tanto, que lleva un póster de su figura con la bandera paraguaya en la pared de su humilde comedor.
"¡Estoy muy feliz! Espero su bendición y salud", dice, sin dudar. Doña Carmen tiene dos hijas y dos nietas. Hace dos años, su marido se operó de cáncer de garganta, y quedó mudo. Actualmente sigue trabajando como jornalero, en actividades de limpieza para poder sobrevivir.
"No sé todavía qué va a pasar por mi mente, ¡pero estoy muy feliz!", dice, sincera, mientras regala una abierta sonrisa. Al igual que su vecina, también planifica una serie de sorpresas gastronómicas, hechas por ella misma. En su humilde pero cálido hogar, el papa Francisco podrá servirse una rica sopa paraguaya, y un caliente mbeju con cocido quemado.
A bordo de su papamóvil, el Santo Padre visitará el barrio San Juan del Bañado Norte el domingo 12 de julio, alrededor de las 8:15. La visita durará al menos 30 minutos, entre más de 10 mil niños, adolescentes, jóvenes y adultos de esa población y del Bañado Sur. La visita del Santo Padre al Paraguay se enmarca dentro de su gira pastoral, con la que también pisará Ecuador y Bolivia.
Abc
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