Alejandro Silva en acción (AFP) |
Ello pasaba a los 3’. Pero en el mismo lapso, Miguel Paniagua (11’) y el juvenil Blas Riveros (20’) voltearon el marcador, para darle al Decano sus tres primeros puntos.
El hecho de que se haya volteado el marcador significó para Olimpia un cambio en el trámite de juego. Se mostró más sólido, seguro en sus líneas y con posibilidades incluso de aumentar.
Pero Emelec no iría a dejarse estar. Estaba en necesidad como su oponente y ello lo obligó a recurrir al asedio, y martillando fue encerrando al decano en su campo.
Con eso, el equipo de Jubero se fue arriesgando a perder la ventaja, porque concedió muchos espacios y esperó con una tranquilidad peligrosa en su retaguardia.
Y una vez más, Fernando Giménez sería el verdugo. En esta ocasión con remate fuerte desde afuera del área, para empatar y negarle a Olimpia la que iba a ser una magnífica recuperación en Copa.
El punto fuera de casa no es malo, pero considerando que tenía armas para apostar a más, el resultado final no es satisfactorio. Más aún porque si quiere la patriada, la corriente contra la que tiene que remar está bastante brava.
HOY
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