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LA NOTICIA DESTACADA

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miércoles, 13 de noviembre de 2013

No te metas

Posteado por Juan Carlos Lezcano el 12-11-2013

La mentalidad del conformismo, de evitar involucrarse en algunas situaciones para evitar problemas o simplemente por no salir de la tranquilidad de lo cotidiano, lejos de ayudar solamente permite que las cosas vayan de mal en peor.

Los problemas por los que atravesamos de manera individual y como sociedad son por demás conocidos. Sería redundante sentarse a discutir sobre algo que todos los días vivimos o vemos por las calles.

Y lo más seguro es que todos sepamos las soluciones para estas situaciones. En lo teórico, todos tenemos la clave para salvar al mundo. El gran problema es que pocos son los que se han animado a pasar a la siguiente fase, a la práctica y muchos de los que se animaron terminaron capitulando ante el cansancio de nadar contra la corriente.

Días atrás conversaba con algunos miembros de mi familia a quienes les conté una serie de situaciones que generaban indignación y sobre las cuales consideraba que se debía sentar postura como sociedad.

Espantados, la primera reacción fue la preocupación. “No te metas. Es mejor que dejes así nomás porque no sabes qué te puede pasar si te metes”, me dijeron.

Me quedé pensando, con la idea dándome vueltas en la cabeza. De cierta manera resultó hasta incómodo el pensar en quedarme sin hacer nada ante las muchas situaciones que ocurren en lo cotidiano.

Pero la postura es comprensible viniendo de aquellos que nos vieron crecer, tomar conciencia y nos siguen viendo como aquellos pequeñines que no podían dar dos pasos sin girar la cabeza y buscar una mirada protectora.

Sí, es seguro que como mudos espectadores mantengamos la seguridad de no sufrir consecuencias de la naturaleza que sean. La zona de confort es un espacio en el que se vive demasiado bien, pasando la vida sin sobresaltos pese a lo mucho que pueda indignar el entorno.

Después está la otra postura. La de los “locos”. Ese reducido grupo de personas que se anima a salir de lo confortable y de la tranquilidad para jugarse, arriesgarse y pelear contra todo para tratar de generar cambios en su entorno.

Ésta última parecería ser la más razonable, la que va acorde con ese deseo intrínseco del ser humano de una sociedad más justa, de una sociedad en la que pueda vivir libremente.

Podes seguir sentado, siguiendo las prerrogativas de quienes te dicen “no te metas”. O podés levantarte y comenzar a cambiar en lo cotidiano, tratando de ser cada vez mejor en lo que hacés y de esa manera influir en tu ambiente. Usando la frase del líder de la Iglesia Católica, el papa Francisco, podés “armar lío” y así conseguir una sociedad mejor.

La decisión es personal, aunque yo prefiero el lado de los locos porque “las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo... son quienes lo cambian”.
FuenteAbc

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