El almacenero Vidal Giménez muestra su local casi vacío y a punto de cerrar. Foto Raúl Cañete.
"Muchos clientes vienen a pedirme que les venda galletas por 500 guaraníes. ¿Cuánto les puedo dar? Es imposible. La gente viene y te pide por favor que les regale los restos de mandioca o cebolla", narra el comerciante Vidal Giménez, propietario del Almacén Sagrada Familia, en el centro de la ciudad de Iturbe.
La situación ilustra cómo ha golpeado la crisis al sector comercial de la población desde el cierre de la Azucarera Iturbe, ante la situación de quiebra a la que ha llegado la empresa.
A solo dos cuadras de la plaza principal, sobre la misma calle que conduce al portón de entrada del ingenio azucarero, el local de la despensa La Vaquita exhibe las puertas y ventanas cerradas, con desteñidos carteles en su fachada, que ya en vano ofrecen "carne, pollo, chorizo".
"Allí ko no hay nadie, ese negocio ya se murió, por culpa de la crisis. Los dueños casi luego no están, salen a buscar otras formas de ganarse el pan", nos avisa una mujer, que asoma desde la ventana de una casa vecina.
"Mi vecino ya cerró su negocio por culpa de la crisis y yo estoy a punto de seguir sus pasos, porque mis estanterías están casi vacías. No tengo manera de reponer el stock, pero tampoco hay necesidad, porque ya casi nadie viene a comprar. No hay dinero. Desde que dejó de operar la Azucarera Iturbe, hace casi un año, todo está muerto", dice Vidal Giménez, el dueño del almacén.
Una reactivación necesaria
Hubo una época en que el ruido de las máquinas de la fábrica trabajando era como una música y la economía de Iturbe funcionaba de manera dinámica, recuerda el almacenero.
"Aquí el negocio siempre fue vender por libreta de almacén, un sistema que heredamos de nuestros abuelos y siempre funcionó", explica don Vidal.
Como los obreros y empleados de la azucarera cobraban mensualmente su salario, retiraban las mercaderías o "provistas" de las despensas y almacenes a crédito. Cada familia tenía su propia libreta, un ajado cuaderno escolar en donde don Vidal, al igual que todos los almaceneros del pueblo, anotaba prolijamente la mercadería que retiraban y el importe se iba sumando.
"A fin de mes todos venían a pagar religiosamente y luego volvían a deber. De ese dinero nosotros pagábamos a los distribuidores mayoristas que nos traen la mercadería de Asunción. Pero un día el ingenio dejó de pagar y todo se vino abajo", dice.
Nos muestra las hojas amarillentas de su cuaderno, donde está anotado el "clavo" de casi 30 millones de guaraníes que le deben sus clientes. "Yo, por mi parte, les debo a mis proveedores y no sé cómo voy a pagar. Mis estanterías están vacías. Ya nadie viene a comprar. Estamos comiendo lo último que queda. Si no se paga la deuda y no sea reactiva la fábrica, también vamos a tener que cerrar el almacén", lamenta don Vidal.
Los informes audiovisuales, complementados con una serie de reportajes escritos publicados diariamente en la edición impresa de Última Hora y el portal de ÚLTIMAHORA.COM, produjeron la reacción positiva de autoridades e instituciones estatales y de los propios accionistas de la empresa, en busca de una solución positiva a la crisis.
Con este reportaje culmina la serie "La agonía de Iturbe", un trabajo conjunto de Telefuturo y Última Hora, realizado por los periodistas Andrés Colmán Gutiérrez y Jorge Galeano, con cámara de Humberto William Fernández y fotos de Raúl Cañete.
Producción periodística: Noelia Díaz.
Edición: Martín Gimenez y Emilio Altamirano.
UH
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