Texto: Carlos Darío Torres / Fotos: Javier Valdez / Walter Franco
Masón!". Una expresión que era al mismo tiempo una acusación y una condena. Nacida en Europa en la Edad Media, la masonería se convirtió con el tiempo en una organización que propugnaba la libertad de expresión, la de pensamiento y el derecho a manifestarse, en una época en la que el absolutismo monárquico consideraba estas ideas como subversivas. Y las reprimía hasta con la muerte.
La Iglesia Católica, con fuerte ligazón con el poder terrenal, también veía en el laicismo de los masones una amenaza a su influencia. Y desde el púlpito y fuera de él trataba a la masonería poco menos que como herética, lo que alimentó no pocas persecuciones contra los adeptos a la fraternidad, con consecuencias trágicas para ellos.
"Hasta no hace mucho, durante el franquismo (1939-1975), en España un masón hasta podía ser fusilado", relata Édgar Sánchez Caballero, Gran Maestro de la Gran Logia Simbólica del Paraguay. Claramente, los masones no gozaban de buena prensa, sobre todo en los países con una profunda tradición católica.
Mala fama
Es probable que siglos de acusaciones hayan contribuido a construir en el imaginario popular la idea de que los masones constituyen una sociedad ávida de poder y que para obtenerlo no dudan en meterse en conjuras y conspiraciones, maquinadas en reuniones secretas iluminadas con velas y escenificadas con símbolos misteriosos.
"El objetivo de la masonería es el crecimiento y la formación del ser humano, el fortalecimiento de su formación ética y filosófica dentro de los valores que enseña la institución", aclara Sánchez Caballero. Es decir, muy lejos de las teorías conspirativas que se le endilgan a la fraternidad.
La Orden Masónica es esencialmente filosófica, filantrópica, evolutiva, discreta e iniciática, describe la página de la institución. "Se constituye sobre la simiente de tres principios fundamentales: libertad, igualdad y fraternidad. Acepta en su seno a los hombres libres y de buenas costumbres que afanosamente buscan autosuperarse estudiando las Verdades Universales mediante un sistema alegórico de símbolos", declara.
Los masones están presentes en Paraguay desde 1895, cuando fue creada la logia Gran Orden de Oriente del Paraguay, que ya en el siglo XX pasó a llamarse Gran Logia Simbólica del Paraguay. Presidentes de la República como Bernardino Caballero, Cecilio Báez y el Mariscal José Félix Estigarribia son reconocidos como masones.
La condición de masón de políticos, empresarios y personalidades ligadas a los poderes políticos y fácticos, en Paraguay y en el resto del mundo, hace recaer sobre la institución las sospechas de manejar a gobernantes de acuerdo a sus intereses. Sánchez Caballero lo niega y recalca que los miembros tienen prohibido discutir sobre política y religión en sus templos.
Con respecto al secretismo de los encuentros de los iniciados, el Gran Maestro explica que son reservados, aunque no más que una reunión de directorio de cualquier empresa privada. También recalca que la institución cuenta con personería jurídica y aporta al fisco, lo que desvirtúa el supuesto carácter secreto.
La fama de la masonería, de ser una sociedad secreta, proviene de los tiempos en los que pertenecer a ella constituía un riesgo mortal para sus miembros, y por ello las reuniones debían permanecer fuera del conocimiento de las autoridades.
Ingresar a alguna logia masónica también tiene sus restricciones, pues solo se puede acceder a través de la invitación de algún miembro. Otras exigencias son ser mayor de 25 años, tener un trabajo digno y lícito, no poseer ningún antecedente penal ni estar sometido a algún proceso.
La creencia en la existencia de un ser superior también es un requisito ineludible, pero no se exige la pertenencia a alguna religión determinada; de hecho, los masones se refieren a Dios con el nombre de Gran Arquitecto del Universo.
Las mujeres no pueden pertenecer a la institución, algo que nada tiene que ver con la misoginia, pero sí con la tradición. De nuevo, Sánchez Caballero remite a la historia para dar una explicación: como el peligro de perder la vida era una amenaza permanente para los masones, sus esposas debían permanecer al cuidado de sus hijos. Y la medida se convirtió después en tradición. Además, explica el Gran Maestro, si ambos padres eran masones, la muerte de ambos dejaría desamparados a sus vástagos. No obstante, las mujeres pueden ingresar a los templos cuando se realiza lo que se denomina "la tenida blanca", reuniones abiertas a los no masones.
Filántropos
Además de la formación de sus miembros, la masonería (a través de entidades paralelas) realiza periódicamente actividades filantrópicas, y algunas son de carácter anónimo, como la atención a niños con problemas traumáticos, de lesión o quemaduras.
"Hemos enviado ya una decena de niños a Estados Unidos y México para el tratamiento por deformaciones óseas o a consecuencia de quemaduras. En ese sentido, todos los pasajes de los chicos y sus padres son cubiertos por una entidad paramasónica", señala Sánchez Caballero.
En lo que va de 2014, la institución asistió a las víctimas de la crecida de los ríos, trabajando junto a la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) en la provisión de fondos, alimentos y chapas para los damnificados.
Ni secreta ni poseedora de superpoderes, la masonería propende a la formación ética de sus miembros, armonizando lo material con lo espiritual en la búsqueda de la construcción de un mundo mejor, con mejores seres humanos, aseguran sus miembros.
Pero los masones no son la única orden que persigue fines similares a los nombrados. En Paraguay también marca presencia la Soberana Orden Militar de los Caballeros de Malta, definida por uno de sus miembros, Eusebio Velázquez, como "un Estado soberano sin territorio, similar al Vaticano". Es a la vez una orden religiosa de la Iglesia Católica, agrega.
En 2005 fue fundada en el país la Asociación de los Caballeros de la Orden de Malta, que está a cargo de todas las obras hospitalarias a las que se dedica. En colaboración con el Ministerio de Salud Pública, la asociación posee en San Lorenzo una clínica dedicada a la atención médica y odontológica.
Paralelamente, opera el Servicio de Emergencia Malta, el grupo de voluntarios más antiguo de Paraguay, fundado en 1970 bajo el patrocinio del alemán radicado en Paraguay conde Wolfgang von Ballestrem.
"Aparte, se le da de comer a la gente; de lunes a viernes hay un comedor. Y a las madres de los chicos en situación de calle se las instruye en oficios menores, tales como peluquería", comenta Velázquez.
El servicio brinda atención en medicina primaria y odontología en comunidades indígenas. Tiene un reconocimiento especial del Estado paraguayo a través de la ley 331/94, mediante la cual se le conceden privilegios, algunos de ellos fiscales. "En Villarrica existe otro grupo de voluntarios que hacen más o menos lo mismo, aunque en forma más tímida", revela.
La Orden tiene como jefe supremo al Papa, pero es el Gran Maestre el jefe vitalicio de gobierno, que en la actualidad es fray Matthew Festing. "Es un religioso singular, porque no está sujeto a ningún ordinario del lugar y solamente el Papa está por encima de él", señala Velázquez.
Y como su nombre lo indica, la orden puede armar caballeros. "El presidente de la asociación, por delegación del Gran Maestre, tiene la autoridad para hacerlo como se hacía en la antigüedad. En la ceremonia, la persona que será armada se inclina ante la autoridad, que le apoya una espada en el lado izquierdo y después en el derecho. Ahí ya se considera que fue cruzado caballero", añade.
La Orden de Malta no es como la masonería, "que está llena de símbolos", y tiene como único ritual la misa de la Iglesia Católica, afirma Velázquez. El hábito de iglesia es negro con una cruz de Malta en blanco en la parte frontal. El caballero puede vestirlo en cualquier misa, y para integrar la orden es obligatorio ser católico.
Entre los caballeros se encuentran nombres de empresarios como Richard Kent y Juan José Barrail, o de científicos como el astrónomo Blas Servín y religiosos como los monseñores Ricardo Valenzuela y Pastor Cuquejo, quienes son además los capellanes de la Orden. Las mujeres también tienen su lugar: dos de ellas son María Stella de Rasmussen y María Inés Rodríguez de Kent.
En cuanto a las obligaciones de los caballeros, estas son piadosas y deben actuar siempre en defensa de la fe católica, ayudando a los pobres y menesterosos "en el plano de lo hospitalario". Las reuniones de la asociación se realizan en el local que la Embajada posee sobre Mariscal López.
El embajador es el doctor Dino Samaja, italiano de nacimiento pero de nacionalidad brasileña. Su residencia está en San Pablo, Brasil, pero acude a Asunción cada vez que alguna situación lo convoca. Velázquez admite que la orden suele ser considerada de derecha en cuanto a su orientación política, pero asegura que su filosofía en realidad la ubica "en el centro". Afirma que pueden trabajar tanto con un Gobierno de derecha como con uno de izquierda.
"Al estar en el centro, uno tiene la posibilidad de colaborar en todo lo que sea humanitario", dice, pero enseguida admite que "si se trata de apoyar, preferimos a una ideología de derecha; pero eso nunca se hizo".
La cruz y la rosa
También misteriosos para quienes los miran desde afuera, los rosacruces operan en el país en dos de sus vertientes: La Antigua y Mística Orden de la Rosacruz-Paraguay (Rosacruz Amorc) y la Fraternidad Rosacruz del Paraguay, Asociación de Cristianos Místicos.
Los rosacruces adoptaron mucho de la simbología y las definiciones de los masones. Se consideran seguidores de las enseñanzas del místico (y para algunos también "mítico") Christian Rosenkreuz, quien habría nacido en el siglo XIV. Hay al menos siete organizaciones rosacruces modernas, entre ellas, las dos citadas que se establecieron en Paraguay.
Los rosacruces Amorc tienen su Centro Cultural Rosacruz Asunción sobre RI3 Corrales a metros de Eusebio Ayala, un colorido edificio decorado con columnas egipcias lotiformes. Definen a Amorc como una orden iniciática, filosófica y tradicional, dedicada al estudio de las leyes universales, tal como estas se manifiestan en la naturaleza y en el hombre, y al desarrollo de las facultades mentales y espirituales de sus miembros.
Sostienen que tras un estudio progresivo de sus enseñanzas, los rosacruces van capacitándose para vivir una vida plena en todos los aspectos de la existencia y en armonía con los planos más elevados de la creación, adquiriendo de esta manera el Dominio de la Vida y contribuyendo al beneficio y evolución de toda la Humanidad.
Aseguran que la Orden Rosacruz Amorc no es una organización secreta, sino discreta, que organiza regularmente conferencias para explicar al público en qué consisten sus ideales, sus enseñanzas y su filosofía.
En República Francesa y Luis Alberto de Herrera se alza la casa en la que funciona la Fraternidad Rosacruz del Paraguay, fundada en enero de 1927 por el masón Antonio Paciello, inicialmente como Centro Fraternidad Rosacruz del Paraguay.
Sus adeptos son seguidores de la fraternidad fundada en 1909 en Estados Unidos por Karl Ludwig von Grasshoff, más conocido por el seudónimo de Max Heindel. Se definen como cristianos místicos y afirman que su objetivo es diseminar una enseñanza definida y lógica sobre el origen, la evolución y el fin último del ser humano y del universo.
Asimismo, pretenden constituirse en un nexo entre la ciencia y la religión. En simultáneo con las enseñanzas de corte cristiano, difunden conocimientos de tipo astrológico, ofreciendo su sistema de instrucción espiritual de manera gratuita. La fraternidad de Paraguay anuncia públicamente en su local el día y la hora de las reuniones.
Como se expuso, lejos de ser secretas, estas organizaciones (cada una de acuerdo a sus características) publicitan sus encuentros y actividades, y sus objetivos son, muchas veces, proselitistas. El halo de misterio que los no iniciados les atribuyen parece formar parte solamente de un imaginario ávido de ocultismo.
UH
La Iglesia Católica, con fuerte ligazón con el poder terrenal, también veía en el laicismo de los masones una amenaza a su influencia. Y desde el púlpito y fuera de él trataba a la masonería poco menos que como herética, lo que alimentó no pocas persecuciones contra los adeptos a la fraternidad, con consecuencias trágicas para ellos.
"Hasta no hace mucho, durante el franquismo (1939-1975), en España un masón hasta podía ser fusilado", relata Édgar Sánchez Caballero, Gran Maestro de la Gran Logia Simbólica del Paraguay. Claramente, los masones no gozaban de buena prensa, sobre todo en los países con una profunda tradición católica.
Mala fama
Es probable que siglos de acusaciones hayan contribuido a construir en el imaginario popular la idea de que los masones constituyen una sociedad ávida de poder y que para obtenerlo no dudan en meterse en conjuras y conspiraciones, maquinadas en reuniones secretas iluminadas con velas y escenificadas con símbolos misteriosos.
"El objetivo de la masonería es el crecimiento y la formación del ser humano, el fortalecimiento de su formación ética y filosófica dentro de los valores que enseña la institución", aclara Sánchez Caballero. Es decir, muy lejos de las teorías conspirativas que se le endilgan a la fraternidad.
La Orden Masónica es esencialmente filosófica, filantrópica, evolutiva, discreta e iniciática, describe la página de la institución. "Se constituye sobre la simiente de tres principios fundamentales: libertad, igualdad y fraternidad. Acepta en su seno a los hombres libres y de buenas costumbres que afanosamente buscan autosuperarse estudiando las Verdades Universales mediante un sistema alegórico de símbolos", declara.
Los masones están presentes en Paraguay desde 1895, cuando fue creada la logia Gran Orden de Oriente del Paraguay, que ya en el siglo XX pasó a llamarse Gran Logia Simbólica del Paraguay. Presidentes de la República como Bernardino Caballero, Cecilio Báez y el Mariscal José Félix Estigarribia son reconocidos como masones.
La condición de masón de políticos, empresarios y personalidades ligadas a los poderes políticos y fácticos, en Paraguay y en el resto del mundo, hace recaer sobre la institución las sospechas de manejar a gobernantes de acuerdo a sus intereses. Sánchez Caballero lo niega y recalca que los miembros tienen prohibido discutir sobre política y religión en sus templos.
Con respecto al secretismo de los encuentros de los iniciados, el Gran Maestro explica que son reservados, aunque no más que una reunión de directorio de cualquier empresa privada. También recalca que la institución cuenta con personería jurídica y aporta al fisco, lo que desvirtúa el supuesto carácter secreto.
La fama de la masonería, de ser una sociedad secreta, proviene de los tiempos en los que pertenecer a ella constituía un riesgo mortal para sus miembros, y por ello las reuniones debían permanecer fuera del conocimiento de las autoridades.
Ingresar a alguna logia masónica también tiene sus restricciones, pues solo se puede acceder a través de la invitación de algún miembro. Otras exigencias son ser mayor de 25 años, tener un trabajo digno y lícito, no poseer ningún antecedente penal ni estar sometido a algún proceso.
La creencia en la existencia de un ser superior también es un requisito ineludible, pero no se exige la pertenencia a alguna religión determinada; de hecho, los masones se refieren a Dios con el nombre de Gran Arquitecto del Universo.
Las mujeres no pueden pertenecer a la institución, algo que nada tiene que ver con la misoginia, pero sí con la tradición. De nuevo, Sánchez Caballero remite a la historia para dar una explicación: como el peligro de perder la vida era una amenaza permanente para los masones, sus esposas debían permanecer al cuidado de sus hijos. Y la medida se convirtió después en tradición. Además, explica el Gran Maestro, si ambos padres eran masones, la muerte de ambos dejaría desamparados a sus vástagos. No obstante, las mujeres pueden ingresar a los templos cuando se realiza lo que se denomina "la tenida blanca", reuniones abiertas a los no masones.
Filántropos
Además de la formación de sus miembros, la masonería (a través de entidades paralelas) realiza periódicamente actividades filantrópicas, y algunas son de carácter anónimo, como la atención a niños con problemas traumáticos, de lesión o quemaduras.
"Hemos enviado ya una decena de niños a Estados Unidos y México para el tratamiento por deformaciones óseas o a consecuencia de quemaduras. En ese sentido, todos los pasajes de los chicos y sus padres son cubiertos por una entidad paramasónica", señala Sánchez Caballero.
En lo que va de 2014, la institución asistió a las víctimas de la crecida de los ríos, trabajando junto a la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) en la provisión de fondos, alimentos y chapas para los damnificados.
Ni secreta ni poseedora de superpoderes, la masonería propende a la formación ética de sus miembros, armonizando lo material con lo espiritual en la búsqueda de la construcción de un mundo mejor, con mejores seres humanos, aseguran sus miembros.
Pero los masones no son la única orden que persigue fines similares a los nombrados. En Paraguay también marca presencia la Soberana Orden Militar de los Caballeros de Malta, definida por uno de sus miembros, Eusebio Velázquez, como "un Estado soberano sin territorio, similar al Vaticano". Es a la vez una orden religiosa de la Iglesia Católica, agrega.
En 2005 fue fundada en el país la Asociación de los Caballeros de la Orden de Malta, que está a cargo de todas las obras hospitalarias a las que se dedica. En colaboración con el Ministerio de Salud Pública, la asociación posee en San Lorenzo una clínica dedicada a la atención médica y odontológica.
Paralelamente, opera el Servicio de Emergencia Malta, el grupo de voluntarios más antiguo de Paraguay, fundado en 1970 bajo el patrocinio del alemán radicado en Paraguay conde Wolfgang von Ballestrem.
"Aparte, se le da de comer a la gente; de lunes a viernes hay un comedor. Y a las madres de los chicos en situación de calle se las instruye en oficios menores, tales como peluquería", comenta Velázquez.
El servicio brinda atención en medicina primaria y odontología en comunidades indígenas. Tiene un reconocimiento especial del Estado paraguayo a través de la ley 331/94, mediante la cual se le conceden privilegios, algunos de ellos fiscales. "En Villarrica existe otro grupo de voluntarios que hacen más o menos lo mismo, aunque en forma más tímida", revela.
La Orden tiene como jefe supremo al Papa, pero es el Gran Maestre el jefe vitalicio de gobierno, que en la actualidad es fray Matthew Festing. "Es un religioso singular, porque no está sujeto a ningún ordinario del lugar y solamente el Papa está por encima de él", señala Velázquez.
Y como su nombre lo indica, la orden puede armar caballeros. "El presidente de la asociación, por delegación del Gran Maestre, tiene la autoridad para hacerlo como se hacía en la antigüedad. En la ceremonia, la persona que será armada se inclina ante la autoridad, que le apoya una espada en el lado izquierdo y después en el derecho. Ahí ya se considera que fue cruzado caballero", añade.
La Orden de Malta no es como la masonería, "que está llena de símbolos", y tiene como único ritual la misa de la Iglesia Católica, afirma Velázquez. El hábito de iglesia es negro con una cruz de Malta en blanco en la parte frontal. El caballero puede vestirlo en cualquier misa, y para integrar la orden es obligatorio ser católico.
Entre los caballeros se encuentran nombres de empresarios como Richard Kent y Juan José Barrail, o de científicos como el astrónomo Blas Servín y religiosos como los monseñores Ricardo Valenzuela y Pastor Cuquejo, quienes son además los capellanes de la Orden. Las mujeres también tienen su lugar: dos de ellas son María Stella de Rasmussen y María Inés Rodríguez de Kent.
En cuanto a las obligaciones de los caballeros, estas son piadosas y deben actuar siempre en defensa de la fe católica, ayudando a los pobres y menesterosos "en el plano de lo hospitalario". Las reuniones de la asociación se realizan en el local que la Embajada posee sobre Mariscal López.
El embajador es el doctor Dino Samaja, italiano de nacimiento pero de nacionalidad brasileña. Su residencia está en San Pablo, Brasil, pero acude a Asunción cada vez que alguna situación lo convoca. Velázquez admite que la orden suele ser considerada de derecha en cuanto a su orientación política, pero asegura que su filosofía en realidad la ubica "en el centro". Afirma que pueden trabajar tanto con un Gobierno de derecha como con uno de izquierda.
"Al estar en el centro, uno tiene la posibilidad de colaborar en todo lo que sea humanitario", dice, pero enseguida admite que "si se trata de apoyar, preferimos a una ideología de derecha; pero eso nunca se hizo".
La cruz y la rosa
También misteriosos para quienes los miran desde afuera, los rosacruces operan en el país en dos de sus vertientes: La Antigua y Mística Orden de la Rosacruz-Paraguay (Rosacruz Amorc) y la Fraternidad Rosacruz del Paraguay, Asociación de Cristianos Místicos.
Los rosacruces adoptaron mucho de la simbología y las definiciones de los masones. Se consideran seguidores de las enseñanzas del místico (y para algunos también "mítico") Christian Rosenkreuz, quien habría nacido en el siglo XIV. Hay al menos siete organizaciones rosacruces modernas, entre ellas, las dos citadas que se establecieron en Paraguay.
Los rosacruces Amorc tienen su Centro Cultural Rosacruz Asunción sobre RI3 Corrales a metros de Eusebio Ayala, un colorido edificio decorado con columnas egipcias lotiformes. Definen a Amorc como una orden iniciática, filosófica y tradicional, dedicada al estudio de las leyes universales, tal como estas se manifiestan en la naturaleza y en el hombre, y al desarrollo de las facultades mentales y espirituales de sus miembros.
Sostienen que tras un estudio progresivo de sus enseñanzas, los rosacruces van capacitándose para vivir una vida plena en todos los aspectos de la existencia y en armonía con los planos más elevados de la creación, adquiriendo de esta manera el Dominio de la Vida y contribuyendo al beneficio y evolución de toda la Humanidad.
Aseguran que la Orden Rosacruz Amorc no es una organización secreta, sino discreta, que organiza regularmente conferencias para explicar al público en qué consisten sus ideales, sus enseñanzas y su filosofía.
En República Francesa y Luis Alberto de Herrera se alza la casa en la que funciona la Fraternidad Rosacruz del Paraguay, fundada en enero de 1927 por el masón Antonio Paciello, inicialmente como Centro Fraternidad Rosacruz del Paraguay.
Sus adeptos son seguidores de la fraternidad fundada en 1909 en Estados Unidos por Karl Ludwig von Grasshoff, más conocido por el seudónimo de Max Heindel. Se definen como cristianos místicos y afirman que su objetivo es diseminar una enseñanza definida y lógica sobre el origen, la evolución y el fin último del ser humano y del universo.
Asimismo, pretenden constituirse en un nexo entre la ciencia y la religión. En simultáneo con las enseñanzas de corte cristiano, difunden conocimientos de tipo astrológico, ofreciendo su sistema de instrucción espiritual de manera gratuita. La fraternidad de Paraguay anuncia públicamente en su local el día y la hora de las reuniones.
Como se expuso, lejos de ser secretas, estas organizaciones (cada una de acuerdo a sus características) publicitan sus encuentros y actividades, y sus objetivos son, muchas veces, proselitistas. El halo de misterio que los no iniciados les atribuyen parece formar parte solamente de un imaginario ávido de ocultismo.
UH
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