Los manifestantes, frente a la Casa de la Independencia. Foto: EFE.
El quinteto, cuatro hombres y una mujer, desfilaron vestidos de blanco y acompañados de banderas paraguayas, imágenes de la Virgen y cerca de un centenar de extrabajadores de la represa, compartida por Paraguay y Brasil.
Como si se tratara de un particular “via crucis”, los “crucificados” recorrieron bajo un intenso calor la distancia de aproximadamente dos kilómetros que separan la embajada brasileña, sede de las protestas del colectivo desde hace meses, y la céntrica plaza del Panteón de los Héroes.
Una vez en ese lugar, los “crucificados” fueron desclavados y se mantienen a la espera del resultado de la reunión convocada para hoy para dar una salida al conflicto.
A la reunión acudirán representantes de los extrabajadores, de la hidroeléctrica de Itaipú y del Ministerio de Trabajo de Paraguay.
El colectivo de exobreros paraguayos de la represa reclama que se les abone el pago de derechos laborales retroactivos que los Gobiernos de Paraguay y Brasil se comprometieron a otorgar a través de un convenio firmado en 1974.
La marcha supuso el final de las “crucifixiones” frente a la embajada de Brasil, una de las reivindicaciones laborales más extremas que se conocen en Paraguay.
Los primeros en ser clavados fueron los extrabajadores Roque Samudio, de 58 años; Gerardo Orué, de 49, y Roberto González, de 61, que hoy cumplieron 48 días en esa posición.
Luego se les unió Rosa Cáceres, de 52 años, esposa y madre de exobreros de la hidroeléctrica, que se clavó a un madero hace 41 días. Y por último Pablo Garcete, de 71 años, que fue acoplado hace 28 días.
“Llevamos casi 50 días acostados, y sentimos cansancio. Hoy nos mareamos al ponernos de pie. Esperamos que el Gobierno sea sensible a nuestra situación”, expresó Roque Samudio.
Por su parte, Rosa Cáceres dijo que estar clavados durante tantos días “es muy doloroso, pero duele más que no hagan caso”.
Respecto a la reunión de hoy, todos manifestaron su esperanza en que desemboque en una solución satisfactoria para todas las partes.
“Tenemos una expectativa grande. Esperamos que los representantes del Gobierno y de Itaipú vengan con el ánimo de cumplir con los protocolos de la empresa con los trabajadores”, afirmó Carlos González, portavoz de la Coordinadora de Extrabajadores de Itaipú y Contratistas.
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Como si se tratara de un particular “via crucis”, los “crucificados” recorrieron bajo un intenso calor la distancia de aproximadamente dos kilómetros que separan la embajada brasileña, sede de las protestas del colectivo desde hace meses, y la céntrica plaza del Panteón de los Héroes.
Una vez en ese lugar, los “crucificados” fueron desclavados y se mantienen a la espera del resultado de la reunión convocada para hoy para dar una salida al conflicto.
A la reunión acudirán representantes de los extrabajadores, de la hidroeléctrica de Itaipú y del Ministerio de Trabajo de Paraguay.
El colectivo de exobreros paraguayos de la represa reclama que se les abone el pago de derechos laborales retroactivos que los Gobiernos de Paraguay y Brasil se comprometieron a otorgar a través de un convenio firmado en 1974.
La marcha supuso el final de las “crucifixiones” frente a la embajada de Brasil, una de las reivindicaciones laborales más extremas que se conocen en Paraguay.
Los primeros en ser clavados fueron los extrabajadores Roque Samudio, de 58 años; Gerardo Orué, de 49, y Roberto González, de 61, que hoy cumplieron 48 días en esa posición.
Luego se les unió Rosa Cáceres, de 52 años, esposa y madre de exobreros de la hidroeléctrica, que se clavó a un madero hace 41 días. Y por último Pablo Garcete, de 71 años, que fue acoplado hace 28 días.
“Llevamos casi 50 días acostados, y sentimos cansancio. Hoy nos mareamos al ponernos de pie. Esperamos que el Gobierno sea sensible a nuestra situación”, expresó Roque Samudio.
Por su parte, Rosa Cáceres dijo que estar clavados durante tantos días “es muy doloroso, pero duele más que no hagan caso”.
Respecto a la reunión de hoy, todos manifestaron su esperanza en que desemboque en una solución satisfactoria para todas las partes.
“Tenemos una expectativa grande. Esperamos que los representantes del Gobierno y de Itaipú vengan con el ánimo de cumplir con los protocolos de la empresa con los trabajadores”, afirmó Carlos González, portavoz de la Coordinadora de Extrabajadores de Itaipú y Contratistas.
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