Juan Carlos Meixner (32), con algunos rencores reprimidos contra Milciades Roberto Orué, movido por el “líquido” que se llevó al organismo durante la noche del lunero, decidió ir hasta la casa de este último con intenciones para nada “amistosas”.
Carlos se detuvo en la estación de servicios ubicada entre la ruta Transchaco y Teniente Villalba del barrio Loma Pytã de la Capital.
En botellas de gaseosa cargó algo de combustible y se fue. Al llegar a la vivienda de Roberto, se “cruzó” con la camioneta tipo furgón estacionada frente a la vivienda y sin perder tiempo la “roció” con el combustible y en un syky se escucharon las dos explosiones. Los familiares salieron a la calle y vieron cómo el fuego consumía el vehículo.
Todo esto quedó grabado en los circuitos cerrados de una casa aledaña que sirvió para que Roberto y sus primos identifiquen a Juan Carlos y vayan a buscarlo en el barrio San Blas, donde vive. Aún con el mundo dándole vueltas, el enrabiado tipo fue entregado a los volái.
Con unos lente hû evitando que el sol le encandile los ojos y un olorcito que se percibía a metros de distancia, Juan Carlos llegó hasta la Comisaría 22.ª Metro, donde manifestó a los volaikuéra que “lócore” hizo el tema porque su expatrón le debía todavía algo de plata ndajeko.
YA LES HABÍA AMENAZADO NDAJE
Óscar Sanabria, primo de Roberto, omombe’u que el detenido ya había amenazado en una oportunidad a la familia por no darle un poco de plata para seguir chupando ndaje. “Una vez le encontramos con los efectos del alcohol y drogas, nos pidió plata, le dijimos que no teníamos. Nos dijo que cómo no íbamos a tener y que íbamos a ver cómo él iba a reaccionar”, comentó.
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