De visita al diario ABC, aprovechando un encuentro con directivos de la fundación Desarrollo en Democracia (Dende), el también ex-embajador brasileño en Estados Unidos y Reino Unido de Gran Bretaña manifestó que está cambiando rápidamente la percepción del sector privado brasileño del Paraguay, y hoy existe mucho interés empresarial, de negocios e inversiones, en nuestro país. Dijo que el problema actual de las empresas brasileñas, sobre todo aquella industria de transformación, que utiliza mucha mano de obra, no es de corto plazo, sino de mediano plazo, porque están perdiendo mucha competitividad.
Preguntado si los salarios altos y la obsolescencia de las industrias son los responsables de la pérdida de competitividad, Barbosa contestó: “Ni una cosa ni la otra. Los salarios en Brasil, desde que Lula (Da Silva) llegó al poder hace 12 años, son ajustados todos los años por encima de la inflación, y eso hace que las empresas pierdan productividad”.
Añadió que esa pérdida de competitividad obedece a la injerencia del Estado en la economía, que ha derivado en el aumento de lo que se denomina “Costo Brasil”. Acotó que ese costo está conformado por las “muy altas” tasas de interés, el tipo de cambio (sobrevaluado en el tiempo), la elevada carga impositiva, entre otros factores, que las empresas tienen que enfrentar hoy.
“De los problemas de infraestructura ni hablar. Pasa que el Brasil ha venido creciendo muy rápidamente en los últimos 15 años y no hubo inversión en infraestructura, y los puertos de Santos y Paranaguá tiene kilómetros de filas para el embarque de soja, por ejemplo, cuya zafra este año va a llegar a casi 200 millones de toneladas, y el cuello de botella está allí, al igual que en las carreteras.
Además, los gobiernos de Cardoso (Fernando Henrique Cardoso), Lula y Dilma no han tenido el coraje para enfrentar la cuestión impositiva”, expresó.
En cuanto al estudio elaborado por la FIESP para los sectores textil, tejidos y confecciones, señaló que muestra una diferencia de costos entre Brasil y Paraguay de 35%, que coincide con los demás estudios realizados por la federación para otros subsectores industriales.
“Por eso aquella reunión (seminario) que hicimos hace 20 días en São Paulo causó también reacciones contrarias. Yo recibí una carta muy dura del gremio textil, en contra, cuestionando por qué la FIESP tiene que promover la inversión en los sectores textil, tejidos y confecciones en Paraguay, pero lo que pasa es que ellos no tienen alternativa”, aseveró.
Barbosa acotó que no solamente en los subsectores mencionados hay problemas, sino también en las industrias cerámica, de calzados, autopartes, griferías, minerías, etc.
Hay muchos segmentos industriales que son muy competitivos acá, y yo creo que hay que aprovechar las buenas relaciones que hoy tenemos”, dijo.
Fuente: ABC
Preguntado si los salarios altos y la obsolescencia de las industrias son los responsables de la pérdida de competitividad, Barbosa contestó: “Ni una cosa ni la otra. Los salarios en Brasil, desde que Lula (Da Silva) llegó al poder hace 12 años, son ajustados todos los años por encima de la inflación, y eso hace que las empresas pierdan productividad”.
Añadió que esa pérdida de competitividad obedece a la injerencia del Estado en la economía, que ha derivado en el aumento de lo que se denomina “Costo Brasil”. Acotó que ese costo está conformado por las “muy altas” tasas de interés, el tipo de cambio (sobrevaluado en el tiempo), la elevada carga impositiva, entre otros factores, que las empresas tienen que enfrentar hoy.
“De los problemas de infraestructura ni hablar. Pasa que el Brasil ha venido creciendo muy rápidamente en los últimos 15 años y no hubo inversión en infraestructura, y los puertos de Santos y Paranaguá tiene kilómetros de filas para el embarque de soja, por ejemplo, cuya zafra este año va a llegar a casi 200 millones de toneladas, y el cuello de botella está allí, al igual que en las carreteras.
Además, los gobiernos de Cardoso (Fernando Henrique Cardoso), Lula y Dilma no han tenido el coraje para enfrentar la cuestión impositiva”, expresó.
En cuanto al estudio elaborado por la FIESP para los sectores textil, tejidos y confecciones, señaló que muestra una diferencia de costos entre Brasil y Paraguay de 35%, que coincide con los demás estudios realizados por la federación para otros subsectores industriales.
“Por eso aquella reunión (seminario) que hicimos hace 20 días en São Paulo causó también reacciones contrarias. Yo recibí una carta muy dura del gremio textil, en contra, cuestionando por qué la FIESP tiene que promover la inversión en los sectores textil, tejidos y confecciones en Paraguay, pero lo que pasa es que ellos no tienen alternativa”, aseveró.
Barbosa acotó que no solamente en los subsectores mencionados hay problemas, sino también en las industrias cerámica, de calzados, autopartes, griferías, minerías, etc.
Hay muchos segmentos industriales que son muy competitivos acá, y yo creo que hay que aprovechar las buenas relaciones que hoy tenemos”, dijo.
Fuente: ABC
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