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El alboroto del correteo de los niños en el patio y los pasillos de la escuela Celsa Speratti de Asunción, denotan que no es un día común, es el día en que alrededor de 70 mil docentes en todo el país celebran su labor.
La tarea de este ejército educativo no es poca cosa, en sus aulas y bajo su orientación se forman durante muchos años al menos un millón y medio de niños, niñas y jóvenes, número de estudiantes que figuraban hasta el 2011 a nivel nacional, según el MEC.
En Celsa Speratti hay, sin embargo, una leve disminución de alumnos inscriptos año tras año, según comentó la licenciada Miguelina Fernández, directora de la institución, que lleva el nombre de una destacada docente en la historia de Paraguay.
Fernández al igual que otras compañeras suyas, expresó que la mayor satisfacción de un docente es ver el resultado de su labor en los estudiantes, quienes por este día tan especial agradecieron las enseñanzas recibidas e incluso, se comprometieron a mejorar.
Los maestros viven atrapados en una especie de tren del tiempo cuyos pasajeros cambian constantemente, no solo de nombres y aspectos, sino que también en sus sentimientos, y es que los niños de ahora "están más faltos de cariño", cuenta Graciela Troche, profesora del tercer grado, quien desde hace diez años ejerce su vocación.
Además de instruirlos, maestras como Troche creen que ellas también tienen la obligación de acompañar a los niños en todos los aspectos, ya que, según dice, a medida que pasa el tiempo ellos necesitan más apoyo.
En el Día del Maestro, los niños y niñas expresaron sus sentimientos al saludar a sus profesoras, durante la celebración que trascurrió en cada clase.
En una de las aulas, las sillas estaban acomodadas en forma circular, y una torta, o lo que de ella quedaba, estaba en el centro de una mesa alrededor de la cual los alumnos se dispusieron para cantarle a su maestra.
Todos compartieron el mismo sentimiento hacia ella. "La quieren mucho", por eso le cantan, por eso la homenajean e incluso algunos se comprometieron a terminar sus tareas y portarse bien.
Una tarea difícil con mucha presión social
Si bien hoy martes Paraguay celebra a sus maestros, existen numerosos reclamos de parte de este sector, tanto es así que en su día marchan hasta el Ministerio de Educación, para recordarles a las autoridades sus reclamos.
La tarea de este ejército educativo no es poca cosa, en sus aulas y bajo su orientación se forman durante muchos años al menos un millón y medio de niños, niñas y jóvenes, número de estudiantes que figuraban hasta el 2011 a nivel nacional, según el MEC.
En Celsa Speratti hay, sin embargo, una leve disminución de alumnos inscriptos año tras año, según comentó la licenciada Miguelina Fernández, directora de la institución, que lleva el nombre de una destacada docente en la historia de Paraguay.
Fernández al igual que otras compañeras suyas, expresó que la mayor satisfacción de un docente es ver el resultado de su labor en los estudiantes, quienes por este día tan especial agradecieron las enseñanzas recibidas e incluso, se comprometieron a mejorar.
Los maestros viven atrapados en una especie de tren del tiempo cuyos pasajeros cambian constantemente, no solo de nombres y aspectos, sino que también en sus sentimientos, y es que los niños de ahora "están más faltos de cariño", cuenta Graciela Troche, profesora del tercer grado, quien desde hace diez años ejerce su vocación.
Además de instruirlos, maestras como Troche creen que ellas también tienen la obligación de acompañar a los niños en todos los aspectos, ya que, según dice, a medida que pasa el tiempo ellos necesitan más apoyo.
En el Día del Maestro, los niños y niñas expresaron sus sentimientos al saludar a sus profesoras, durante la celebración que trascurrió en cada clase.
En una de las aulas, las sillas estaban acomodadas en forma circular, y una torta, o lo que de ella quedaba, estaba en el centro de una mesa alrededor de la cual los alumnos se dispusieron para cantarle a su maestra.
Todos compartieron el mismo sentimiento hacia ella. "La quieren mucho", por eso le cantan, por eso la homenajean e incluso algunos se comprometieron a terminar sus tareas y portarse bien.
Una tarea difícil con mucha presión social
Si bien hoy martes Paraguay celebra a sus maestros, existen numerosos reclamos de parte de este sector, tanto es así que en su día marchan hasta el Ministerio de Educación, para recordarles a las autoridades sus reclamos.
Según el docente Gabriel Espínola, de la OTEP Auténtica (Organización de Trabajadores de la Educación del Paraguay), los principales problemas que enfrenta el gremio son el no reconocimiento de los trabajadores de la Educación como profesionales por parte del Estado, lo que deriva en la continuidad de las injerencias políticas para acceder a cargos sin respetar la carrera docente.
Además, el déficit estructural en relación a infraestructura de aulas, mobiliarios, equipamientos en general, indicó Espínola.
Fuente: Ultima hora
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