“Después de mucho tiempo estoy con mi familia”, comenzó diciendo el adolescente de 17 años.
Relató que los delincuentes le trataron bien y no le dejaron pasar hambre, frío ni mojarse en la lluvia. Dijo que todos los días tomaba tereré junto a el policía Edelio Morínigo, en una hamaca del campamento.
“Siempre estuve en el monte, no sé el lugar especifico pero estábamos siempre en el bosque”, indicó.
“Radio llegué a escuchar pero nunca ninguna noticia ni nada. Escuché música, polca y reggaeton”, acotó.
“Quiero agradecerle a todo el mundo, que oró por mí pidiendo mi libertad, a todo el Paraguay, a todas las personas que estuvieron esperando mi liberación”, enfatizó al tiempo de afirmar que su regreso es “un segundo nacimiento”.
Arlan manifestó que sus captores le taparon los ojos con un paño y le hicieron caminar hasta una ruta, donde procedieron a liberarlo. Ahí se quitó la venta y comenzó a correr hasta la primera casa que encontró.
Señaló que pidió el celular al dueño de casa y llamó a su hermana Rosinei, para darle la noticia de su liberación. “Tuve que hablarle en alemán para que me crea”, agregó.
Don Alcido Fick aprovechó el contacto con la prensa y agradeció a todos por la paciencia y el apoyo. En el mismo sentido se pronunció Rosinei, hermana de Arlan.
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