María Liz Cristaldo, celebrando su anterior cumpleaños. | Foto: Gentileza.
¿Cómo saber que la persona a la que estás conociendo como el amor de tu vida, en realidad es un sádico asesino que te ha escogido como víctima?
La paraguaya María Liz Cristaldo López, de 35 años de edad, nacida en Yhú, Caaguazú, era una de las muchas mujeres que decidieron emigrar a España hace más de 11 años, en busca de mejores oportunidades laborales para ayudar a su familia.
Para ello tuvo que dejar al cuidado de su madre y de sus otras cinco hermanas a sus dos hijos, actualmente de 16 y 13 años de edad.
En Madrid, María Liz, a quien en la familia llaman cariñosamente "Rubita", se desempeñó principalmente como niñera y empleada doméstica, según relata Raquel, una de sus hermanas.
"Ella se fue a España en busca de un futuro mejor, pensando en sus hijos", destaca su hermana.
"Liz era una chica muy simpática y amorosa, le encantaban los niños", recuerda su amiga Johana Valdez.
Desde España, ella pudo viajar de vacaciones y conocer otros países. En su perfil de Facebook hay varias fotos tomadas en París, en invierno.
Fue en una de esas vacaciones, probablemente en el interior de España, en enero, donde conoció a quien sería su esposo, un taxista llamado Jesús González Quinta, a quien algunos medios presentan como de origen chileno, residente en la provincia española de Galicia, y otros directamente como gallego, de nacionalidad española.
"Cuando ella nos contó que había conocido a este taxista, la vimos muy entusiasmada con la relación. En poco tiempo ya nos estaba hablando de sus planes de boda. Nosotras le decíamos que vaya con cuidado, pero él la apuraba mucho, la conquistó muy rápido. Ahora creemos que él desde el principio la había elegido como víctima y planeaba asesinarla", dice Raquel Cristaldo.
La siniestra luna de miel en Venezuela.
Jesús González Quinta y María Liz Cristaldo ya habían viajado por primera vez a Venezuela en mayo de este año, donde ella celebró su cumpleaños, el 18 de mayo. Ella había adoptado la nacionalidad española (además de conservar la paraguaya) y viajaba con pasaporte de aquel país.
La justificación para el viaje, que el taxista le dio a su novia, es que deseaba hacerse un tratamiento odontológico en Caracas, donde le iba a resultar mucho más barato, pero la presunción de las autoridades que hoy investigan el caso es que ya en esa ocasión el hombre estableció los primeros nexos para asesinar a la mujer.
El plan, sin embargo, ya se había puesto en marcha meses antes en España, cuando Jesús González conoció al venezolano Miguel Devergel, alias Tribilín, en un restaurante de Madrid, según relató el secretario de Seguridad y Orden Público de Venezuela, Jairo Ramírez.
"El hecho atroz se planificó en España, en complicidad con un venezolano, Miguel Devergel, se conocieron en el restaurante donde él trabajaba", afirmó Ramírez en rueda de prensa.
Jesús y María Liz se casaron en octubre y planificaron viajar de luna de miel primero a Venezuela, luego a Colombia y llegar finalmente al Paraguay para conocer a los parientes de la mujer y pasar las fiestas de fin de año en Yhú.
"Recibimos muchas versiones distintas sobre el viaje. Primero María Liz nos decía que vendieron el taxi y un piso en Madrid, y que estaban buscando departamento para quedarse a vivir en Venezuela. Luego nos dijo que Jesús quería comprar una camioneta y venir por tierra a Paraguay. Después nos dijo que Jesús había cambiado de idea, que quería seguir viajando y venir recién en enero a Paraguay", cuenta la hermana, Raquel.
Lo que se sabe es que la pareja llegó de Madrid a Caracas el 4 de noviembre, y habían viajado a varias regiones, incluyendo Maracaibo.
Llevaban tres días alojados en el Hotel Maracaibo Suites cuando el día lunes 15 de diciembre salieron a abordar un taxi para ir hasta la Terminal a comprar pasajes para Colombia.
El encargado del hotel les sugirió tomar un taxi oficial en el lugar, pero Jesús rechazó la propuesta y decidió abordar un taxi pirata o ilegal, en la esquina.
La noticia que empezó a difundirse posteriormente fue que el taxista se aprovechó de que la pareja no conocía la ciudad y los llevó a otro sitio marginal y desolado, en el barrio Las Lechugas, donde aguardaban otros tres hombres, cómplices suyos, armados, que los hicieron bajar del vehículo y les quitaron todas sus pertenencias.
Según el relato que el propio Jesús González Quinta relató a la Policía venezolana, los asaltantes les ordenaron que echen a correr y les comenzaron a disparar desde atrás, hiriendo mortalmente en la cabeza a su esposa María Liz.
Él hombre, sin embargo, resultó solo con algunos golpes y escoriaciones, supuestamente, tras haberse caído. Dijo estar en shock y que lo único que deseaba era abandonar rápidamente el país.
El impacto de la noticia en Paraguay.
Una llamada telefónica de un primo que reside en España alertó a Lucy Cristaldo: "Fijate qué pasó con Liz, parece que le ocurrió algo muy malo en Venezuela".
Cuando sus familiares empezaron a hurgar en las noticias en internet, no lo podían creer. Hablaban de una "turista española" asesinada brutalmente por asaltantes y del marido que se había salvado milagrosamente.
"No lo podíamos creer, creímos que era un error, que se trataba de otra persona, pero pronto lo confirmamos", recuerda Raquel.
Fue entonces cuando varios amigos de España les empezaron a escribir, diciéndoles que el caso resultaba muy sospechoso, ya que el marido había resultado ileso.
Uno de los amigos hizo una revelación aún más llamativa: "¿Sabías que el esposo de Liz, a poco de haberse casado, suscribió un seguro de vida a nombre de ella, por valor de 100 mil euros?".
De alguna manera, el mismo dato llegó a la policía venezolana y en la primera redada, tras la detención de varios sospechosos, lograron los primeros testimonios que cambiaron totalmente la historia. De un momento a otro, el marido se convirtió de víctima en victimario.
"El esposo confesó el crimen. La mandó matar para cobrar el seguro de vida. Se están haciendo allanamientos en Caracas para ubicar al gatillero y a una mujer cómplice del crimen", afirmó el secretario de Seguridad, Jairo Ramírez, en la tarde del jueves.
En Paraguay, Raquel, la hermana de María Liz, confirma que, a pesar de no haber conocido personalmente a su cuñado, la relación nunca le había caído bien a ella, ni al resto de su familia.
"Ahora sabemos que él nunca la amó, que desde el principio la eligió como víctima y planeaba asesinarla por dinero. ¡Es terrible...", dice Raquel, entre dolorida e indignada.
Lucy, la otra hermana, es quien se pasa golpeando puertas de oficinas, embajadas y autoridades para que les ayuden a repatriar los restos de la infortunada hermana.
La última vez que María Liz estuvo en Paraguay fue hace dos años y todos los familiares, especialmente sus hijos, la recuerdan radiante y feliz, con promesas de regresar pronto.
La esperaban con ansias para pasar juntos estas fiestas de Navidad y Año Nuevo. Ahora solo la esperan con mucha pena y dolor, para que finalmente ella pueda descansar en paz en su querido pueblo natal, Yhú.
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