“Juntaba todos los días hasta que empecé a ver tutoriales de cómo podía hacer algo productivo y llamativo con esto, hasta que me ideé y empecé a dibujar. Primero hacía cualquier cosa, pero ahora ya le doy forma”, contaba Librado.
El artesano, como él se hace llamar, contó que para hacer el mapa de Paraguay necesitó de 400 tapitas de todos los colores y para hacer el mapa de América usó más de 1.500.
“Tengo una despensera que me junta también, pero hasta ahora de la calle sigo juntando. De paso, ayudo a sanear el ambiente. Quiero llegar a las 30.000 tapitas para hacer más grande mi obra”, decía Valdez.
Librado, además de ser un artesano también es profesor particular quien enseña a niños que van a la primaria.
“Ya vino mucha gente a ver y a pedirme para que le haga algo, pero el tema es las tapitas y el diseño que quiera, todo en base a eso, también se pasa el presupuesto” he’i Librado, quien también hace obras con latitas de cervezas convirtiéndolas en motos de aluminio o algún que otro personaje.
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