La competitividad en el MIT es tan grande que muchas veces la gente que estudia en ese instituto no aguanta y termina suicidándose, comentó el estudiante Carlos Sauer, de 29 años, durante sus vacaciones en Paraguay. Lejos del estado de excitación y nervios propios de un estudiante de PhD del MIT, el paraguayo que emprende estudios de doctorado en matemática aplicada dijo, mientras disfrutaba de un refrescante tereré en la Olimpiada de Matemática del Cono Sur que apoyó como voluntario, que lo importante es mantener la calma.
"La tasa de suicidios en el MIT es de uno por semestre. Hay gente que no aguanta la presión ni la competitividad. Entonces, sobrevivir allá ya es un avance, un triunfo. El nivel de exigencia es superior. Tenés más tareas asignadas por los profesores de las que podés hacer", dijo. Para hacer frente a este escenario, Sauer tiene una estrategia: él distribuye sus tareas educativas. Hace las primordiales.
Estudiar en el MIT es un privilegio de pocos. En el caso de Carlos haber llegado hasta ahí fue un sacrificio diario.
En sus vacaciones visitó la Facultad de Ingeniería, su excasa de estudios, para comentar a los jóvenes, interesados en prepararse en el exterior, todo lo que tuvo que pasar para llegar hasta el MIT. "Fue una lucha diaria. Un camino traumático. Implicó subir escalones todos los días y ninguno fue fácil", sostuvo, quien antes se preparó en la Universidad Nacional de Asunción.
Pero el haber tenido la oportunidad de acceder a una beca para hacer un masterado en el Instituto de Matemáticas Puras y Aplicadas (IMPA) en Río de Janeiro – Brasil, en el área de Matemática Computacional y Modelamiento, y luego una beca para un doctorado en EE. UU. no fue casualidad. Investigadores brasileños que trabajaban en el área de matemática aplicada lo estimularon y le recomendaron ir a Estados Unidos. "Tenés potencial, no para sobresalir, pero sí para sobrevivir allá, me dijeron". Y así lo hizo.
DESALINIZACIÓN. Tras culminar los dos años de clases en el MIT, Carlos Sauer se embarca a culminar su trabajo final o de tesis en el área de moldeamiento de electrodiálisis, aplicado a la desalinización de agua con aplicaciones para la extracción de gas.
El proyecto, en el que trabaja Carlos en EE. UU junto a un equipo interdisciplinario con químicos e ingenieros, está financiado por una empresa que extrae gas que se llama Gas de esquisto. Viendo el gran potencial para la extracción de gas en el Paraguay, el ingeniero electrónico espera poder colaborar con el rubro próximamente. Mientras, se concentra en su formación.
FuenteUHnoticias
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