El nuevo avance demarcatorio volvió a darse tras 16 años de pausa, y por fin queda bien determinada hasta dónde llega el territorio nacional en uno de los pasos fronterizos más importantes del país.
Se trata de un hecho histórico para los saltoguaireños, en especial, porque ahora sabemos, oficialmente, que nuestra ciudad queda en Paraguay. Antes quedaba una franja abierta que podría proyectar el territorio brasileño hacia el Sur, y convertir nuestra ciudad en un “povo do Brasil” de la noche a la mañana.
Y más que garantizar nuestro territorio, ahora se podrá erigir en la frontera un portal de acceso que identifique a nuestra país, resaltando en particular los dotes turísticos de un pueblo que es orgulloso de su raza, pero que no niega su gran dependencia económica del vecino.
Y no solo un monolito identificatorio. Desde la frontera saltoguaireña se debe proyectar una nueva imagen del Paraguay con obras de infraestructura acorde a la ciudad moderna que es hoy Salto del Guairá, para facilitar el ir y venir de los turistas, pero que sobre todo se sientan seguros y felices por estar entrando al Paraguay.
Hay mucho que cambiar para lograr ese fin. A la moderna doble avenida que proyecta la Municipalidad, desde la línea fronteriza hasta el microcentro, se debe agregar el retiro de un montón de escombro humano que denigra al país con su deshonestidad en la frontera: los aduaneros, portuarios y policías que masacran nuestra dignidad de paraguayo, pidiendo coima y extorsionando a cuantos extranjeros ingresan o salen de nuestro territorio. Son “la primera impresión” del Paraguay.
Ojalá los nuevos hitos marquen también un antes y un después entre el país de falsificadores y corruptos, y un Paraguay decente, digno y grande como aquella patria que soñaron los héroes que defendieron hasta la muerte nuestro terruño.
ABC
Se trata de un hecho histórico para los saltoguaireños, en especial, porque ahora sabemos, oficialmente, que nuestra ciudad queda en Paraguay. Antes quedaba una franja abierta que podría proyectar el territorio brasileño hacia el Sur, y convertir nuestra ciudad en un “povo do Brasil” de la noche a la mañana.
Y más que garantizar nuestro territorio, ahora se podrá erigir en la frontera un portal de acceso que identifique a nuestra país, resaltando en particular los dotes turísticos de un pueblo que es orgulloso de su raza, pero que no niega su gran dependencia económica del vecino.
Y no solo un monolito identificatorio. Desde la frontera saltoguaireña se debe proyectar una nueva imagen del Paraguay con obras de infraestructura acorde a la ciudad moderna que es hoy Salto del Guairá, para facilitar el ir y venir de los turistas, pero que sobre todo se sientan seguros y felices por estar entrando al Paraguay.
Hay mucho que cambiar para lograr ese fin. A la moderna doble avenida que proyecta la Municipalidad, desde la línea fronteriza hasta el microcentro, se debe agregar el retiro de un montón de escombro humano que denigra al país con su deshonestidad en la frontera: los aduaneros, portuarios y policías que masacran nuestra dignidad de paraguayo, pidiendo coima y extorsionando a cuantos extranjeros ingresan o salen de nuestro territorio. Son “la primera impresión” del Paraguay.
Ojalá los nuevos hitos marquen también un antes y un después entre el país de falsificadores y corruptos, y un Paraguay decente, digno y grande como aquella patria que soñaron los héroes que defendieron hasta la muerte nuestro terruño.
ABC
No hay comentarios:
Publicar un comentario