Emigdio Ramón Domínguez, de 44 años, quien reside en el asentamiento 24 de Noviembre de Maka'i, Luque, fue el autor confeso del crimen de su hijastro Arnaldo Andrés Medina, de 33 años, según informó el periodista de una prensa, luego de golpear mortalmente al hijo de su pareja, se presentó en la comisaría local y dijo no estar arrepentido de haber matado al joven y explicó cómo ocurrieron los hechos que llevaron a este final.
El hombre relató que el domingo era su cumpleaños y en su casa se estaba festejando con música y tragos. Su hijastro, quien reside en el mismo asentamiento, vino al cumpleaños sin ser invitado, agregó. Ya cerca de las 21:00, Domínguez apagó la música y dio por terminada la celebración, ya que el lunes debía levantarse temprano para ir a trabajar, pero Arnaldo Medina se molestó por esa situación y le recriminó a su padrastro, a quien incluso le propinó un golpe en la cara.
Entonces intervinieron algunos parientes que todavía estaban en el lugar y los separaron. “Mis parientes me encerraron en una pieza, pero desde afuera mi hijastro me desafiaba y entonces rompí la pared de madera, agarré un hierro y salí decidido a terminar el lío. Arnaldo corrió como una cuadra y se escondió en una zanja; lo encontré porque mis vecinos me dijeron dónde estaba; nadie le quería en el barrio. Le pegué tres veces con el hierro”, confesó fríamente Domínguez en sede policial.
“No me arrepiento de lo que hice. Ya me llenó el jarro de cocido, demasiado me buscó en estos más de 10 años, y si yo no le mataba, él me iba a matar. No me importa estar 25 años en la cárcel, porque no le violé a nadie”, apuntó el detenido con un cierto grado de alivio por haber matado a Arnaldo Medina, quien tenía seis antecedentes: por robo y lesión corporal con arma blanca.
Abc
El hombre relató que el domingo era su cumpleaños y en su casa se estaba festejando con música y tragos. Su hijastro, quien reside en el mismo asentamiento, vino al cumpleaños sin ser invitado, agregó. Ya cerca de las 21:00, Domínguez apagó la música y dio por terminada la celebración, ya que el lunes debía levantarse temprano para ir a trabajar, pero Arnaldo Medina se molestó por esa situación y le recriminó a su padrastro, a quien incluso le propinó un golpe en la cara.
Entonces intervinieron algunos parientes que todavía estaban en el lugar y los separaron. “Mis parientes me encerraron en una pieza, pero desde afuera mi hijastro me desafiaba y entonces rompí la pared de madera, agarré un hierro y salí decidido a terminar el lío. Arnaldo corrió como una cuadra y se escondió en una zanja; lo encontré porque mis vecinos me dijeron dónde estaba; nadie le quería en el barrio. Le pegué tres veces con el hierro”, confesó fríamente Domínguez en sede policial.
“No me arrepiento de lo que hice. Ya me llenó el jarro de cocido, demasiado me buscó en estos más de 10 años, y si yo no le mataba, él me iba a matar. No me importa estar 25 años en la cárcel, porque no le violé a nadie”, apuntó el detenido con un cierto grado de alivio por haber matado a Arnaldo Medina, quien tenía seis antecedentes: por robo y lesión corporal con arma blanca.
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