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viernes, 9 de enero de 2015

La fotógrafa pilarense que logró "la imagen de la felicidad"

Karen Quintana es la autora de la celebrada foto que muestra a un veterano del Chaco y a su esposa, radiantes de felicidad, al recibir de regalo una vivienda en su cumpleaños número 100.

La estudiante de comunicación relata la conmovedora historia humana que vivió detrás de esa imagen.

"Yo ni siquiera tenía lugar desde donde sacar la foto. Llegué tarde y todos los otros colegas periodistas ya estaban ubicados dentro de la habitación, esperando que se desate la cinta de inauguración. Solo quedaba la cama vacía, así que me acosté allí, apunté la cámara y vi las sonrisas de oreja a oreja que iluminaban los rostros de la pareja de ancianos. Apreté el disparador. ¡Era la viva imagen de la felicidad...!".

Así resume Karen Fabiola Quintana el momento mágico que logró capturar con una fotografía, en la que aparecen el ex combatiente de la Guerra del Chaco, José Anacleto Escobar y su esposa, Cayetana Román, en el momento de ingresar a su nueva casa, que le fue regalada por la Gobernación de Ñeembucú, el pasado 5 de enero, el día en que el veterano cumplió 100 años de edad.


La foto fue distribuida a las redacciones de los medios de comunicación desde el Centro de Prensa de la Gobernación, publicada en la mayoría de los diarios impresos y sitios web de noticias, reproducida en un despacho internacional de la agencia EFE, multiplicada por medios internacionales y redes sociales en internet. El periodista Augusto Dos Santos, ex ministro de la Sicom, la calificó como "la mejor foto del inicio del año".

Hasta ahora no se había revelado el nombre del autor o de la autora de la foto. Bastó una comunicación a Pilar para saber que la imagen fue captada por Karen Fabiola, estudiante de periodismo y fotógrafa apasionada, funcionaria del Centro de Prensa de la Gobernación de Ñeembucú.

Cuando finalmente logramos contactar con ella, pudimos acceder no solamente a la versión de cómo se tomó la foto, sino también a la conmovedora historia humana que la fotógrafa pudo vivir, en el proceso de obtener la gráfica.

Los últimos ex combatientes Chacoré

"Todo empezó en setiembre de 2014, cuando desde la Cámara de Diputados le encargaron al gobernador de Ñeembucú, Carlos Silva, hacer llegar unas distinciones especiales a los últimos ocho ex combatientes de la Guerra del Chaco que todavía estaban vivos, en todo el departamento de Ñeembucú", relata Karen.

Ella, como funcionaria del Centro de Prensa, es quien habitualmente acompaña al gobernador para documentar las actividades oficiales, tomando fotos y escribiendo reportes, y le tocó viajar en una gira que abarcó varias localidades del interior del departamento, como Mburicá, Laguna Itá, Isla Umbú, Mayor Martínez y finalmente, Pilar.

"Cuatro de los veteranos vivían en localidades remotas y los otros cuatro en barrios de la capital departamental. Encontramos que la mayoría vivían en buenas condiciones, hasta que llegamos a la casa del señor José Anacleto Escobar, en el barrio Obrero de Pilar, donde la situación que encontramos nos causó mucho dolor en el alma", cuenta.


El héroe del Chaco, entonces a punto de cumplir 100 años de edad, vivía con su esposa en una casa de ladrillos sin revocar, con piso de tierra, con un techo muy bajo y deteriorado, con paredes que transmitían mucho calor y humedad.

"Estaban almorzando un guiso blanco, muy pobre. Todo ese cuadro que encontramos nos conmovió demasiado. Entonces el gobernador se le acercó a la señora Cayetana, ya que don Anacleto tiene problemas de audición, y le preguntó si aceptaría que la Gobernación le ayude a construir una nueva casa. Ella le dijo que solo su marido podía decidir eso, entonces le hizo la misma pregunta en voz alta, para que pueda entender, y el veterano le miró desconfiado y le dijo en guaraní: 'Si ustedes van a hacer, está bien, porque yo no tengo ningún recurso'", recuerda Karen.

En seguida, el gobernador dio instrucciones a sus colaboradores para que busquen recursos y se dé inicio a la obra. La idea era que la casa pudiera estar terminada para la Navidad, pero hubo atrasos y finalmente se pudo hacer la entrega el día del cumpleaños de don Anacleto, que para mayor simbolismo cumplía un siglo de vida el 5 de enero.

Sonrisas que trascendieron fronteras

"Desde el principio, el ex combatiente se mostró desconfiado, parecía que no creía mucho en las autoridades y en los políticos. Recién cuando empezó a ver que se levantaban las paredes, empezó a decir 'cierto ningo ra'e' (es verdad, había sido)", relata Karen.

La nueva casa fue construida en el terreno propio de la familia, al lado de la vivienda original, que se mantiene intacta. La construcción es de paredes de ladrillo y concreto, con pisos de cerámica, incluyendo un baño moderno y un sistema de aire acondicionado. La gobernación les proveyó además de una nueva cama y un ropero, entre otros equipamientos.

"El día del cumpleaños se le hizo una verdadera fiesta a don Anacleto y a su esposa. Se les llevó una serenata con un conjunto musical, que entonó canciones patrióticas como 13 Tuyutí y Che la Reina. La pareja estaba radiante de felicidad, se les veía reír y llorar de alegría, en todo momento", cuenta la fotógrafa.

Ella tuvo que estar pendiente de varios momentos del acto y cuando llegó el momento de cortar la cinta, para que la pareja ingrese a su nueva casa, Karen se metió antes al interior, donde ya estaban varios otros fotógrafos y periodistas preparados con sus cámaras para documentar el momento.

Cuando ella ingresó, vio que sus colegas ya habían ocupado todos los mejores sitios desde donde tomar la foto. Fue entonces cuando vio que solo quedaba el lugar donde estaba la nueva cama de la pareja. Sin dudarlo, se descalzó, se acostó allí con su cámara apuntado hacia la puerta.

"Tras desatar la cinta, don Anacleto y doña Cayetana se dieron un beso, lo que llamamos 'un piquito', ante los aplausos y las risas de todos. Yo no pude fotografiar ese momento, por la posición incómoda en que estaba, pero sí pude captar el instante posterior, cuando los dos se miraron a la cara y se mataron de risa de su propia travesura y de su gran felicidad. Esa fue la escena que quedó inmortalizada y que al parecer gustó mucho a la gente", narra.

Karen tiene 28 años de edad, es mamá de un niño precioso de dos años y se considera una "aficionada" del periodismo y la fotografía, que empezó haciendo locución en la legendaria emisora de Pilar, ZP 12 Radio Carlos Antonio López. Fue redactora de medios digitales y hoy comparte en el Centro de Prensa de la Gobernación con su jefe, Andrés Villalba y su compañera, Alejandra Acosta, mientras se prepara para cursar el segundo año de la carrera de Comunicación para el Desarrollo en la Universidad Nacional de Pilar.

"Hice cursos de fotografía, pero quiero seguir aprendiendo. Nunca creí que esa foto iba a tener tanta repercusión, incluso a nivel internacional. Tuve la suerte de poder captar un momento muy especial de dos personas que se aman, que han vivido con muchas privaciones y que ahora, en el final de sus vidas, se sienten felices por el regalo y el reconocimiento que reciben. Me gusta compartir esa felicidad", destaca Karen Quintana.

De los ocho ex combatientes que quedaban vivos en Ñeembucú, uno de ellos ya ha fallecido recientemente. Otro de ellos, Antonio Veloso, de 99 años de edad, próximamente también recibirá de regalo por parte de la Gobernación de Ñeembucú de un sistema de aire acondicionado en su vivienda de Kambakuá, Isla Ombu.

UH

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