TAVA’I, Dpto. de Caazapá. La intervención se realizó en un monte reclamado por indígenas Mbya Guarani del asentamiento Karanda, que se encuentra en pleno bosque. Los nativos denunciaron que están siendo expulsados por los traficantes de madera.
Los fiscalizadores y efectivos policiales fueron guiados por indígenas de la comunidad Ka’aguy Pa’û, encabezado por el cacique Reginaldo Orvina. Los aborígenes conocían perfectamente el trabajo realizado por los rolleros.
En la oportunidad fueron ubicados unos 150 tirantes de más de cinco metros y 6x2 pulgadas, destinados a construcciones, en su mayoría de la especie yvyra pytã. También 35 pulgadas de tirantes de lapacho, además de varias vigas.
En el lugar no fue ubicado ningún responsable de la tala, pero los nativos sindicaron a los hermanos Nicolás y Lucidio Acosta. Este último está procesado por delitos contra el medioambiente en el mismo lugar y soporta orden de captura.
Encontraron rollos de madera de la especie yvyra pytã, que estaban a punto de ser aserrados, con lo que totalizan más de 15.000 pulgadas de madera.
La zona donde operan los depredadores es cercana a la estancia Toro Blanco, de la compañía Toro Blanco de este distrito. El sector está en el límite entre los departamentos de Caazapá e Itapúa.
El procedimiento fue encabezado por el fiscal de Medioambiente de Caazapá, Erico Ávalos, y el jefe de orden y seguridad del sexto departamento, comisario principal Óscar Villalba. Los nativos estuvieron acompañados por miembros de la Pastoral del Indígena, la abogada Wenceslaa Britos y Cándido Brítez.
El fiscal ordenó la incautación de las maderas y que la carga sea trasladada a la comunidad indígena Ka’aguy Pa’û, distante unos 6 kilómetros de la zona de tala dentro de la reserva.
Llamativo
Para los jefes policiales es llamativo que los nativos no hayan avisado a las autoridades con tiempo suficiente para que se pueda evitar el delito o para capturar a los delincuentes. Indicaron que conocían perfectamente el lugar donde hacen la tala y a los supuestos responsables.
Fuente: ABC
Los fiscalizadores y efectivos policiales fueron guiados por indígenas de la comunidad Ka’aguy Pa’û, encabezado por el cacique Reginaldo Orvina. Los aborígenes conocían perfectamente el trabajo realizado por los rolleros.
En la oportunidad fueron ubicados unos 150 tirantes de más de cinco metros y 6x2 pulgadas, destinados a construcciones, en su mayoría de la especie yvyra pytã. También 35 pulgadas de tirantes de lapacho, además de varias vigas.
En el lugar no fue ubicado ningún responsable de la tala, pero los nativos sindicaron a los hermanos Nicolás y Lucidio Acosta. Este último está procesado por delitos contra el medioambiente en el mismo lugar y soporta orden de captura.
Encontraron rollos de madera de la especie yvyra pytã, que estaban a punto de ser aserrados, con lo que totalizan más de 15.000 pulgadas de madera.
La zona donde operan los depredadores es cercana a la estancia Toro Blanco, de la compañía Toro Blanco de este distrito. El sector está en el límite entre los departamentos de Caazapá e Itapúa.
El procedimiento fue encabezado por el fiscal de Medioambiente de Caazapá, Erico Ávalos, y el jefe de orden y seguridad del sexto departamento, comisario principal Óscar Villalba. Los nativos estuvieron acompañados por miembros de la Pastoral del Indígena, la abogada Wenceslaa Britos y Cándido Brítez.
El fiscal ordenó la incautación de las maderas y que la carga sea trasladada a la comunidad indígena Ka’aguy Pa’û, distante unos 6 kilómetros de la zona de tala dentro de la reserva.
Llamativo
Para los jefes policiales es llamativo que los nativos no hayan avisado a las autoridades con tiempo suficiente para que se pueda evitar el delito o para capturar a los delincuentes. Indicaron que conocían perfectamente el lugar donde hacen la tala y a los supuestos responsables.
Fuente: ABC
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