Drama. La crecida actual del río ya sacó de la zona ribereña a cerca de 65.000 personas.
Si se sigue postergando la construcción de la avenida Costanera a lo largo de los bañados Norte y Sur de la capital, Asunción se convertirá "en un enfermo terminal" porque las soluciones a tantas ocupaciones irregulares y a tanta informalidad serán inalcanzables, advirtió el arquitecto Gonzalo Garay, proyectista inicial de la Franja Costera.
El profesional dijo que la actual inundación que afecta a las poblaciones ribereñas asuncenas hace que esta megaobra cobre notoriedad en cuanto a la importancia de su concreción, ya que si la misma era realizada en la década del 90, cuando fue concebida, no existirían los efectos negativos que se tienen hoy.
Apuntó que actualmente hay una población de al menos 10.000 familias en esas áreas capitalinas, la cual se reducía a menos de la mitad en 1993, cuando se propuso el Plan Maestro de la Franja Costera, al igual que los problemas de contaminación.
"Las dos veces en que no se pudo materializar la construcción, en 1996 y 2005, no fue porque se tuvieron levantamientos sociales, cuestionamientos internacionales en el campo ambiental o problemas de financiamiento, porque estaba el dinero. Fue exclusivamente por una politiquería mal entendida, por mezquindades y mediocridades", lamentó.
Insistió en que "cada vez va a ser peor la situación en toda la ribera y sus consecuencias negativas en el resto de la ciudad. Hay ciudades que ya no tienen arreglo, como en Brasil, con sus favelas. No debemos esperar que esto suceda aquí y que Asunción se convierta en un enfermo terminal".
"En el 50 ya se hubiese hecho esto, como se hizo en la ciudad argentina de Corrientes, que en el 2000 realizó la segunda parte. Esperemos que en los próximos diez años no nos sentemos a hablar de lo mismo y que esto ya sea una realidad", acotó.
Garay manifestó que se precisa de una sociedad entre el Gobierno y el Municipio, donde el primero se hace cargo del crédito para encarar la construcción y el segundo cede los títulos de las tierras, que son imprescriptibles.
"Los bañados siempre se inundaron y se seguirán inundando. Lo que pasa es que en los últimos 14 años no hubo crecida y la gente, el Gobierno y los políticos se olvidaron del fenómeno. Pero esto seguirá ocurriendo y si no concretamos esta construcciones, los efectos serán cada vez más devastadores", expresó finalmente.
FuenteUH
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