El próximo 15 de Agosto, el nuevo presidente electo de la República tomará el bastón de mando y finalmente ocupará en el sillón de López, pero esto no traería verdaderos cambios para la economía o la forma de gobierno del país, según refieren los analistas.
Principalmente indican que el primer efecto es el de arrastre de las políticas que se estaban practicando en el gobierno saliente, ya que con anterioridad el presupuesto general de gastos ya se encuentra aprobado y recién a finales de año se verían los primeros cambios.
Los analistas refieren que lo preocupante es la continuidad en la línea política, ya que entre la administración saliente y la propuesta del presidente electo, Mario Abdo Benítez, presentan las mismas características, sin tocar siquiera nuevos impuestos o reformar los ya existentes.
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