Una gran diferencia encontraron entre la comida servida a los funcionarios y a los internos del Centro Educativo de Itauguá. / Gentileza, Ministerio de Justicia
Artemio Vera, director de Institutos Penales, se refirió a la intervención dispuesta en el lugar de reclusión de menores de edad, tras detectarse numerosas irregularidades. Un equipo de la Inspectoría General del Ministerio de Justicia se presentó de manera sorpresiva en el lugar y confirmó las pésimas condiciones de los alimentos, además de la deficiente limpieza.
Ante esto se determinó la separación del cargo del director del lugar, Blas Martínez, y la intervención, que ya había sido dispuesta por la muerte de dos jóvenes en una represión en abril pasado. Sobre el hallazgo en el Centro Educativo de Itauguá, indicó: “Es inadmisible que las autoridades estén comiendo tallarín y que los niños estén comiendo puchero de hueso de pollo”.
Indicó además que se halló una total desidia en lo que respecta a la limpieza del lugar, lo que empeora aún más el ambiente. Señaló la necesidad de mejorar el trabajo de los educadores, a fin de facilitar la reinserción de los menores. “El trabajo debe ser multidisciplinario, educativo, terapéutico, disciplinario, deportivo...”, refirió.
Reconoció que las pésimas condiciones del reclusorio igualmente motivan aún más los intentos de fuga, por lo que insistió en que “se debe mejorar la calidad del personal”, además del ambiente. El lugar actualmente alberga a 140 adolescentes infractores, según detalló Artemio Vera.
Abc
Ante esto se determinó la separación del cargo del director del lugar, Blas Martínez, y la intervención, que ya había sido dispuesta por la muerte de dos jóvenes en una represión en abril pasado. Sobre el hallazgo en el Centro Educativo de Itauguá, indicó: “Es inadmisible que las autoridades estén comiendo tallarín y que los niños estén comiendo puchero de hueso de pollo”.
Indicó además que se halló una total desidia en lo que respecta a la limpieza del lugar, lo que empeora aún más el ambiente. Señaló la necesidad de mejorar el trabajo de los educadores, a fin de facilitar la reinserción de los menores. “El trabajo debe ser multidisciplinario, educativo, terapéutico, disciplinario, deportivo...”, refirió.
Reconoció que las pésimas condiciones del reclusorio igualmente motivan aún más los intentos de fuga, por lo que insistió en que “se debe mejorar la calidad del personal”, además del ambiente. El lugar actualmente alberga a 140 adolescentes infractores, según detalló Artemio Vera.
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