El obispo de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, monseñor Adalberto Martínez Flores, pidió perdón a los jóvenes por defraudar su confianza y por los desaciertos de la iglesia. Igualmente, reclamó la liberación de los secuestrados por el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Así se expresó ante las autoridades del orden público y los miles de peregrinos que llegaron hasta el Santuario y Basílica Menor de Caacupé para rezar el novenario en honor de la Inmaculada Concepción de María, que ayer llegó a su fin.
El clérigo manifestó que es justo el reclamo que hicieron los jóvenes el sábado tras la peregrinación nacional e inicio del Trienio de la juventud, donde solicitaron un mayor acompañamiento de los pastores de la Iglesia.
“El reclamo nos motiva a pedir perdón, por defraudar sus esperanzas, si no hemos llenado sus expectativas de ser buenos pastores, y corregirnos con ayuda mutua para caminar juntos en este tiempo de gracia. La Iglesia necesita de corrección fraterna y purificación constante, de perseverante oración, para allanar sus senderos de baches y pecados que pueden obstaculizar y profanar su santidad”, dijo el obispo castrense.
“Consideramos este un justo reclamo que debe despertar de parte nuestra un serio compromiso para revisar nuestras actitudes personales, pastorales, nuestros aciertos y desaciertos para con ustedes, para con sus ideales y aspiraciones de seguimiento a Cristo”, manifestó.
Igualmente, se pronunció sobre el rol de la Iglesia, de la que dijo no debe cumplir un rol de aduana. “La Iglesia debe convertirse en un medio adecuado y no ser una aduana pastoral que se comporta más como controladores de la gracia y no como facilitadores. La Iglesia no es una aduana es la casa paterna, donde hay lugar para cada uno con sus vidas a cuestas”, afirmó.
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