Aviso sobre el Uso de cookies: Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia del lector y ofrecer contenidos de interés. Si continúa navegando entendemos que usted acepta nuestra política de cookies y basado en la politica de privacidad de Google Adsense. Puede leerlo en el enlace a continuación

LA NOTICIA DESTACADA

Estas agencias de viajes no están autorizadas a operar

La Secretaría Nacional de Turismo advierte que circulan en el mercado 11 agencias de viajes que carecen de habilitación para funcionar. Se i...

viernes, 27 de diciembre de 2013

La decadencia en dos cuadras

Si la calle Palma hablase, contaría miles de historias. Alguna vez supo recibir a los centros comerciales más importantes de la capital del país. Sus últimos años se resumen en dos cuadras, derruidas por el tiempo.

La calle Palma, ubicada en el centro de Asunción, es una de las más representativas por su historia, sus centros comerciales y turistas. En estos días de agitación comercial, muchos de sus negocios reciben a varios clientes, mientras que otros miran el ocaso del esplendor, como la tienda La Riojana, un establecimiento demasiado tradicional a tal punto que su cierre lastima.

Palma comienza en Independencia Nacional y se extiende hasta Colón. En esa esquina termina la calle Mariscal Estigarribia.

Sus nueve cuadras guardan viejas historias de turistas que por décadas se vieron atraídos por las coloridas y creativas artesanías paraguayas expuestas en las veredas, por el imponente Panteón Nacional de los Héroes y por sus plazas y comercios.

Con los años, los centros comerciales sobre esta popular calle fueron cambiando, adecuaron sus infraestructuras, las modernizaron.

Sobre Palma están ubicados ahora grandes bancos, multinacionales, tiendas comerciales, renombrados restaurantes, comercios de electrónica… La lista se hace variopinta.

Sin embargo, el “paisaje de modernidad” sobre esta arteria, con gran cantidad de visitantes, se observa desde Independencia Nacional hasta Ayolas. Desde esa intersección, hasta Colón, pasando previamente por Montevideo, el panorama es totalmente distinto, con locales cerrados, otros a punto de venirse abajo y algún que otro puesto artesanal que expone al viento sus productos.

En estas dos cuadras, el promedio aproximado de locales cerrados es de tres por cada comercio abierto. En un recorrido por el lugar, vimos nacer varias historias de anhelo por aquella “época dorada”.

“ESTO DURARÁ 5 AÑOS MÁS”

El negocio de Jorge Lesme tiene un termo allá, una guampa acá y objetos forrados en cuero hacia allá. Hace nueve años está en una de las "dos cuadras malditas" de Palma.

“El comercio cayó por los suelos”, sentencia Lesme.

El hombre tiene la piel tostada y cerca de 60 años de vida. Las canas le brotan; no se sabe si por la angustia o por el pasar del tiempo.

“La gente ya no viene por acá. Se va a los shoppings y en esos lugares se abren locales que venden artesanías, entonces muy poco ya vienen por acá”.

Don Lesme fue testigo del abrir y cerrar de varias tiendas que llegan con esperanza y poco tiempo tienen que dar vuelta la llave para siempre porque los clientes se fueron a quién-sabe-dónde.

“La gente ya no llega hasta la cuadra donde está mi negocio”, lamenta.

Jorge hace las de Nostradamus. Dice que en cinco años todos los locales de las dos "cuadras malditas" van a cerrar.

“La gente se abre para otros lugares y no viene más a mirar y comprar cosas”, lamenta.

Lesme apunta a una artesanía con la leyenda “Recuerdo de Paraguay”. Hoy, el recuerdo es el de las ventas que ya no son.

“COSTANERA NO NOS TRAE MUCHOS BENEFICIOS”

Marina Duarte decidió ponerle a su tienda su propio nombre: se llama Marina Artesanía. La mujer, de 63 años, recuerda la “época dorada” de las “palmeadas”.

Durante cuarenta años, doña Marina ha venido vendiendo también objetos forrados en cuero, ropas de ao po’i, remeras, recuerdos…

“Ya no vienen los turistas, ya no viene nadie, y si viene compra muy poco”, señala.

Doña Marina estima que hace 10 años no había un solo local libre sobre Palma. Hoy, sobran los que se quieren alquilar y los que se sostienen con una fragilidad tremenda.

“Esto que está a nuestro alrededor estaba todo alquilado. Era impresionante la cantidad de gente que había antes acá todos los días”, recuerda.

Consultada sobre si la habilitación de la Avda. Costanera trajo consigo más personas al microcentro asunceno, respondió que sí, pero que ello no representa mayor venta de sus productos.

“La Costanera trae gente, pero ellos solo pasan corriendo por acá, no se queda a mirar y llevar algún recuerdo”, lamenta la artesana.

A doña Marina la esperanza no se le escapa así nomás. “Con el tiempo vamos a ver qué pasa”, dice.

“PALMA TERMINA EN UNICENTRO”

Abierto desde 1958, el local Calzados Golondrina fue el encargado de proporcionar los zapatos más finos para sus clientes, asegura su propietario, César Ríos, a quien esta estrevista lo agarró pocos minutos después de terminar su almuerzo.

Su comercio, ubicado sobre Palma casi Montevideo, mantiene la misma fachada desde hace más de 50 años y su interior no varió casi nada.

Para este viejo zapatero y lustrador de botas en su niñez, no existe comparación alguna entre la cantidad de personas que visitaba calle Palma con la actual, y mucho menos en lo que respecta al nivel de ventas.

“Yo sigo acá porque este local es mío, no pago alquiler. Vengo y me entretengo en mi negocio. Pero te digo: la calle Palma termina en Unicentro (Palma esquina 15 de Agosto), después nadie más viene por acá”, expresa don César.

El comerciante le ruega a la Municipalidad de Asunción que genere actividades culturales en las últimas cuadras de Palma, donde el movimiento de personas es casi nulo.

“Antes se ponía una tarima acá enfrente y actuaban grupos folclóricos. Muchos locales como el de motonetas Vespa y Moda Italiana ya cerraron”, dijo.


EL MICROCENTRO, EN DECADENCIA

En conversación con Germán Lisboa, de la Dirección de Recaudaciones de la Municipalidad de Asunción, el funcionario manifestó que es difícil precisar las razones por las cuales en estas dos cuadras el movimiento comercial es casi nulo.

Consideró que la respuesta está más allá de la situación tributaria, que es cara en la zona céntrica. “De 2012 y 2013 incrementó del valor fiscal en 18%, lo cual tiene un impacto en el impuesto a los comercios”, dijo.

Para Lisboa, una de las causas de la decadencia del microcentro capitalino es la existencia de otros atractivos para la gente en las zonas periféricas de Asunción.

“Hay una gran diferencia entre ir al microcentro de Asunción e ir al Shopping del Sol un fin de semana a la noche, por ejemplo. Hacia esa zona está el atractivo, la zona de Villamorra. Creo que ese es el nuevo centro de Asunción”, estimó Lisboa.

Finalmente, de acuerdo con el funcionario municipal, la decadencia del microcentro de Asunción se inició en el año 2000, con resultados negativos no solo en comercios ubicados sobre la calle Palma sino en otras zonas de la capital.

FuenteAbc

No hay comentarios:

Publicar un comentario