Blásida mira de frente, es de un hablar franco y tiene una fe admirable que atribuye a Dios sus desgracias. Estuvo presa en el Buen Pastor desde el 7 de marzo de 1991 al 2 de marzo del 93. Hoy día lleva una vida sencilla, en un barrio periférico que ha recogido damnificados, una casita más que modesta, rodeada de sobrinos y muchos hermanos. Sus vecinos cuentan que trabaja duro todos los días en la cafetería del Banco Amambay, con Cartes de patrón. Eso ella no nos contó cuando la contactamos una calurosa siesta del mes de enero.
La cafetería donde trabaja Blásida hoy día está ubicada en el Banco Amambay, pero es el mismo sitio donde hace casi 30 años funcionaba Humaitá Turismo, fachada bajo la cual operaba también Humaitá Cambios. Blásida tenía 31 años cuando fue presa por su supuesta cuenta bancaria... pero ella no solo no hablaba inglés, tampoco oyó hablar nunca del 900 Third Avenue donde quedaba el banco y mucho menos tenía plata para depositar. Conocimos a Blásida, nos recibió amablemente, hablamos un par de cosas y pedimos su autorización para reproducirlas. “Dejame tu teléfono, voy a consultar con mi hermano militar”, dijo. No llamó nunca, así que tampoco nos sentimos con derecho a contar lo poco que habló. Estuvo presa dos años y era inocente; lo suyo, se entiende...
Abc
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