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domingo, 19 de enero de 2014

“Encerramos a chicos de 20 a 25 años, sin educación y sin empleo”

Hoy tenemos un modelo punitorio que usa a las cárceles como depósitos de humanos, según Abed. La ministra anuncia una reforma penitenciaria que logrará cambios históricos en las prisiones. "Antes nunca hubo hoja de ruta", asegura.

En un principio de año en el que se registraron un asesinato en un penal y otra muerte durante una huelga de guardiacárceles, además del reciente provisorio cierre de Tacumbú por una superpoblación insostenible, la ministra de Justicia y Trabajo, Sheila Abed, anuncia una reforma penitenciaria que buscará mejorar las cárceles y las condiciones de vida de los presos y a la vez asistirlos en sus procesos y ofrecerles una posibilidad de reinserción al salir en libertad. En esta entrevista también denuncia que en administraciones anteriores se repartían armas de fuego sin un protocolo y se compraban alimentos para los reos "al tanteo".

–¿Cómo encontró el Ministerio al ocupar el cargo? Ya dijo que le sorprendió la falta de información sobre los penales.

–No había nada. No había una hoja de ruta, ni siquiera en cuestiones como las que estamos implementando a partir de este año. Le pedimos al INAN que nos haga un menú tipo para un adulto mayor. A través de eso sacamos las raciones y multiplicamos por la cantidad de internos para las compras gubernamentales. Esto es algo simple y sencillo que no existía, por eso este era el lugar donde se robaba carne y galleta.

–¿Y cuál era antes el cálculo para comprar la comida?

–Al tanteo. Por lo que yo encontré, cada penitenciaría pedía más o menos una cantidad y acá se disponía al tanteo. Las armas se entregaban sin ningún protocolo de recibo de armas.

–¿Era al tanteo también?

–Algo totalmente anárquico. Cuando yo llegué acá no encontré nada. Los primeros cuatro meses de mi administración fue organizar todo, establecer procesos, investigar cuestiones. Ahora estamos saliendo a todo pique para mostrar resultados que la ciudadanía necesita. También tenemos que volver a instalar, en un momento muy difícil, un clima de confianza con las autoridades, porque nosotros podemos discutir como paraguayos si queremos más Estado o menos Estado, lo que no podemos discutir es que sea un Estado fuerte, eficiente y respetable.

–Este enero hubo un asesinato en una cárcel, una huelga bastante caldeada y se vienen registrando niveles de hacinamiento récord. ¿Este es el ocaso de un sistema obsoleto?

–Absolutamente. Nosotros tuvimos que tomar la decisión en diciembre de cerrar el cupo de ingreso a Tacumbú. Estamos tratando de instalar en las autoridades este tema de que hay que revisar el modelo punitorio y las políticas públicas, que tienen que ser más preventivas que sancionatorias. El modelo de hacinamiento primero eleva los focos de conflicto, la incidencia de enfermedades, la imposibilidad de hablar de programas de reinserción que sean realmente rehabilitantes para la persona posterior a su salida. Estamos cambiando totalmente el modelo. Primero, tratando de tratar a las personas con un concepto de calidad de vida.

–Hay que cambiar el modelo punitorio que tenemos.

–Totalmente. Cuando llegamos al Ministerio no encontramos ninguna información que nos podía hacer un retrato tipo de qué tipo de delitos se cometen con más asiduidad, si es que existen zonas rojas, qué tipo de personas incurren en el delito. Entonces empezamos con un censo penitenciario. Nos quedamos muy preocupados, lo que vimos es que nosotros estamos encerrando casi todos los días chicos de entre 20 y 29 años, esa es la faja mayor que se está dando, inclusive te diría entre 20 y 25, que provienen de los cinturones de pobreza de Asunción y del distrito metropolitano, que son gente que generalmente ha tenido un desarraigo del campo a la ciudad, que no tienen empleo, y que tampoco tienen educación. Estamos encerrando un problema social que tenemos que atender en una fase muy anterior. Cuando una persona llega a una penitenciaria es porque el sistema falló.

–Su administración anunció una reforma penitenciaria. ¿Cuáles son los ejes sobre los cuáles se va a basar esta reforma?

–Bueno, hay cuatro ejes bien establecidos. El primero de infraestructura y condiciones de vida. En eso estamos trabajando en mejorar todas las cocinas, las sanidades, también construcción de algunas cárceles nuevas. Por ejemplo, ahora se empezó la construcción de dos pabellones en Coronel Oviedo. Quiero hacer hincapié en que este no es un modelo en el cual nosotros queremos construir más cárceles para encerrar más gente. Creemos que tiene que cambiar el modelo punitorio, pero mientras esto sucede, tenemos que mejorar las condiciones de infraestructura. Hay otra línea estratégica que es de rehabilitación y reinserción. Tenemos por primera vez en la historia del Paraguay, esto es algo de lo que estoy muy orgullosa, médicos, enfermeras, trabajadores sociales y sicólogos en todas las penitenciarías. Esto es un salto cualitativo gigante que no se ve probablemente como se ve un edificio, pero quizás el impacto sea mayor.

–¿Cuáles son los otros ejes?

–El tercer punto es el de la situación procesal: el sistema penitenciario paraguayo hasta nuestra administración era un sistema de depósito de seres humanos, nunca había un seguimiento a los casos. Entonces ahora estamos creando dentro de las penitenciarías una oficina de situación procesal de control en donde nuestra gente va a estar en contacto con la defensoría pública, con el Ministerio Público, con los abogados para impulsar las causas. El cuarto punto que para nosotros es clave y que va muy de la mano de lo que me comentaste al principio sobre el ajusticiamiento dentro de la cárcel. Estamos creando el centro de estudios penitenciario, porque hoy en día los guardiacárceles son cualquier ser humano que se presenta y accede a ese puesto sin ninguna formación. Queremos dignificar el trabajo de ellos, pero también mejorar el desempeño.

–¿En cuánto tiempo planean implementar todo esto?

–Todo ya está implementándose. La parte de infraestructura ya se está implementando, las oficinas de situación procesal ya se están instalando, los médicos ya están contratados.

–En gobiernos anteriores se anunció el cierre de Tacumbú. ¿Cuál es su posición al respecto?

–Creo que nosotros de hecho ya hemos cerrado Tacumbú en el sentido que no se admiten más ingresos y en la medida que nosotros vayamos habilitando nuevos lugares es probable que Tacumbú quede como un lugar transitorio para gente que está por un tiempo o se cierre del todo en los próximos cinco años.

FuenteUH

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